lunes, 1 de diciembre de 2008

La designación de Hillary Clinton como secretaria de Estado por el presidente electo, Barack Obama

Por Alistair Lyon

BEIRUT (Reuters) - La designación de Hillary Clinton como secretaria de Estado por el presidente electo, Barack Obama, satisface a Israel, pero no entusiasma a árabes e iraníes, que ansían un nuevo inicio tras ocho años de políticas estadounidenses que perciben como fallidas.

Clinton tuvo un discurso más duro que Obama durante la carrera a la candidatura presidencial demócrata, criticando el "ingenuo" pedido de su rival de mantener conversaciones directas con enemigos como Irán y Corea del Norte y prometiendo "destruir" a Irán si atacaba a Israel.

"Ella está comprometida con el proceso de paz. Está comprometida con la lucha contra el extremismo y el terrorismo. Está comprometida con la relación entre Estados Unidos e Israel", dijo un importante funcionario israelí.

El experto en política Shmuel Sandler, de la Universidad Bar Ilan cerca de Tel Aviv, expresó la misma satisfacción: "En lo que se refiere a Israel, éste es un buen nombramiento".

Los israelíes tienen más dudas con respecto a la elección de Obama para asesor de seguridad nacional, el general retirado James Jones, que según diplomáticos criticó a Israel en un reporte confidencial publicado en julio sobre cómo los israelíes y palestinos habían honrado sus compromisos de seguridad.

Los palestinos, que consideran que la política estadounidense se volcó aún más a favor de Israel durante la presidencia saliente de George W. Bush, destacaron el conocimiento de la futura secretaria de Estado sobre los temas que su marido Bill Clinton trató durante sus dos mandatos al frente de la Casa Blanca.

"Con ella no empezaremos de cero", dijo Nimer Hammad, colaborador del presidente palestino Mahmoud Abbas. "Sólo podremos juzgarla una vez que asuma el puesto".

Obama y Clinton heredarán una situación particularmente sombría en las negociaciones para resolver el prolongado conflicto israelí-palestino y los aliados árabes de Washington no esperan un nuevo enfoque.

"Cualquiera será mejor que el último Gobierno", dijo el analista político egipcio Diaa Rashwan. "Pero no creo que haya un verdadero cambio en Oriente Medio".

Rashwan agregó que en el entorno de Obama había varios políticos y analistas pro Israel. Cualquier cambio de política importante se volcará a Irak y quizás Irán, no a la disputa israelí-palestina.

"Obama intentará hacer un gran cambio en Irak", dijo Rashwan, aludiendo a la promesa del presidente electo de retirar a las tropas 16 meses después de asumir el 20 de enero. "No puede hacer dos grandes cambios en la misma región (...) Sería un suicidio (político)".

(Reporte adicional de Redacción en Damasco, Jerusalén, Ramallah, Riad y Teherán, Editado por Juana Casas)