Por Maye Primera
 
El presidente Barack Obama ha anunciado este martes por la tarde su decisión de retirar a Cuba de la lista de países que patrocinan el terrorismo. Esto ocurre tres días después de que Obama sostuviera una histórica su reunión con el mandatario cubano Raúl Castro, en el marco de la VII Cumbre de las Américas que se celebró en Panamá, y al cumplirse casi cuatro meses del restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana.
 
Este martes, la Casa Blanca ha informado que “el Presidente envió al Congreso el reporte y las certificaciones, legalmente requeridas, que indican la intención de la Administración de rescindir la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo”.
 
La decisión se basa en las recomendaciones entregadas hace cinco días al presidente Obama por el secretario de Estado, John Kerry.
 
Cuba se encuentra en esta lista desde 1982, por su supuesta colaboración con las guerrilleras Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), con integrantes de la organización terrorista vasca ETA, y por dar refugio a algunos fugitivos de la justicia estadounidense. Allí comparte lugar con países como Sudán, Irán y Siria. Esta clasificación implica sanciones económicas y políticas adicionales a las establecidas por las leyes del embargo económico, vigentes desde la década de 1960.
 
 
 
 
Según ha informado la Casa Blanca, para que Cuba sea excluida de la lista se requiere que el Presidente envíe al Legislativo un informe donde demuestre que la isla no se ha implicado durante los últimos seis meses “en el apoyo, asistencia o complicidad de actos terroristas internacionales" y que el gobierno de La Habana ha brindado suficientes garantías de que “no apoyará actos de terrorismo internacional en el futuro”. Esto debe ocurrir al menos 45 días antes de que entre en vigor la medida.
 
Washington ha estado revisando la pertinencia de excluir o no a Cuba de esta lista desde el mismo momento en que el presidente Obama anunció su intención de revisar la política de Estados Unidos hacia Cuba, el 17 de diciembre de 2015.
 
Para llevar adelante este proceso, Obama encargó al secretario de Estado, John Kerry, la tarea de elaborar un informe. Hasta que este martes, la Casa Blanca anunció: “Luego de una revisión cuidadosa del historial de Cuba, de recibir información de inteligencia, así como garantías de parte del gobierno cubano, la Secretaría de Estado concluyó que Cuba cumple con las condiciones para rescindir su designación como Estado patrocinador del terrorismo”.      
 
La opinión del presidente colombiano, Juan Manuel Santos, fue consultada por Estados Unidos antes de dar un paso adelante y ha sido clave en esta decisión.
 
En este sentido, Santos ha expresado públicamente que “Cuba no solo ha dejado de colaborar con las FARC”, sino que ha brindado una ayuda fundamental Colombia durante las conversaciones de paz que se llevan a cabo en La Habana entre gobierno de Bogotá y los líderes guerrilleros.
 
Justo antes de reunirse con Raúl Castro  en el marco de la cumbre, Obama sostuvo un encuentro con el presidente Santos para tratar este, entre otros asuntos.
 
 
 
 
 
 
¿Y el terrorismo de Estado?
 
La disidencia cubana no ve con buenos que Estados Unidos siga avanzando en el deshielo de sus relaciones políticas y comerciales con Cuba sin poner condiciones que garanticen el respeto a los derechos humanos y al ejercicio de las libertades políticas dentro de la isla.
 
“Mientras el gobierno cubano se comporte con su oposición, con su pueblo, con su sociedad civil, de manera civilizada, entonces pienso que sí es bueno (que Cuba sea excluida de la lista de países que patrocinan el terrorismo). Pero si quitan a Cuba de la lista de países terroristas y nos siguen dando golpes como hicieron los castristas (durante la VII Cumbre de las Américas), creo que es un gran error haberlos quitado”, dijo Guillermo Fariñas, portavoz de la Unión Patriótica de Cuba, a Univisión.
 
La presidenta de las Damas de Blanco, Berta Soler, coincide con Fariñas al calificar como “terrorismo de Estado” el tratamiento que reciben los movimientos de oposición dentro de la isla por parte del régimen castrista. Para ella, el presidente Obama está en el deber de pedirle cuentas a La Habana sobre este tipo de acciones pues, “de otro modo, vamos a pensar que le está dando luz verde (para cometerlas)”.
 
“Sabemos que tenemos el apoyo del gobierno de Estados Unidos. Lo que decimos es que debe condicionar al Gobierno cubano, porque éste no tiene ninguna intención de cambiar su política”, agregó Soler.
 
En cambio, para Rosa María Payá –hija del disidente cubano Oswaldo Payá, fallecido en julio de 2012 en extrañas circunstancias- entiende que la inclusión o exclusión de un país de la lista de países terroristas como “una clasificación técnica” que no debe ser condicionada por opiniones políticas.
 
“Hay una serie de condiciones por las cuales un país está o no en la lista. Eso no debe estar influenciado por la opinión de un miembro del Ejecutivo ni de nadie. Si las reglas son tan claras y Cuba incumple esas reglas, Cuba debería continuar en esa lista”, concluyó Payá. 
 
 
 
 
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