sábado, 5 de julio de 2014

“Nación de inmigrantes”

Barack Obama se compromete con la nueva reforma

WASHINGTON (EFE).- El presidente Barack Obama presidió ayer una ceremonia de nacionalización de militares en activo, veteranos y reservistas en la Casa Blanca, con motivo del Día de la Independencia, en la que destacó la aportación de los inmigrantes y se comprometió con una reforma migratoria.
En el Día de la Independencia, un ex sargento coloca una bandera en una de las placas en honor de los muertos del 11 de septiembre
Obama destacó el “sacrificio” de los inmigrantes dispuestos a dar la vida por un país incluso antes de que fuera “totalmente el suyo”.
“Todos ustedes han hecho un largo camino hasta este momento, porque sus padres les trajeron de niños o porque lo decidieron de adultos muchos de ustedes hicieron algo extraordinario al alistarse”, señaló el presidente.
Contribución
Reconoció la contribución de los inmigrantes a las Fuerzas Armadas, que se ganaron la ciudadanía sirviendo al país y que a lo largo de la historia aportaron a la comunidad.
Obama afirmó que Estados Unidos es una “nación de inmigrantes” y se comprometió a seguir trabajando para “arreglar” el actual sistema de inmigración, motivo de disputa entre demócratas y republicanos en el Congreso, donde está estancado el proyecto de ley aprobado el año pasado por el Senado.
“Voy a seguir haciendo todo lo que pueda para lograr un sistema de inmigración mejor y más eficiente”, dijo Barack Obama.
“Vamos a tener que arreglar nuestro sistema de inmigración, que está roto, y aprobar una reforma migratoria de sentido común”, dijo y señaló que la reforma ayudaría crecimiento de la economía.
El mandatario, que presidió la ceremonia de naturalización en la Casa Blanca, destacó que estos nuevos ciudadanos con su incorporación contribuyen a que Estados Unidos sea un país “más completo”.
Quince militares en activo del Ejército, la Fuerza Aérea y la Guardia Nacional, dos veteranos, un reservista y siete cónyuges de militares, que en conjunto representaban a 15 países, recibieron la ciudadanía.
El subsecretario del Departamento de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas, dirigió el juramento de ciudadanía de los 25 nuevos estadounidenses que dieron su palabra de fidelidad.
Entre los elegidos para participar en esta ceremonia estuvieron Oscar Vanegas Gonzalez, de 27 años, miembro de la infantería de Marina, nacido en Guatemala, que emigró con 19 años.
También el sargento retirado Rogelio Augustin Fisher, de 59 años, nacido en Panamá, que emigró a Estados Unidos en 1976 y se alistó en la Marina ese mismo año, con la que destacó en Okinawa (Japón), Camp Lejune (Carolina del Norte) y Quantico (Virginia).
En la ceremonia también fue reconocido el chef español José Andrés por el Servicio de Ciudadanía, con la mención de estadounidense destacado, al que el presidente entregó un diploma.
Se trata de una iniciativa que destaca los logros de ciudadanos naturalizados que demostraron su compromiso con el país a través de su participación cívica y su éxito profesional.
El subsecretario Mayorkas señaló que desde que llegó a Estados Unidos el chef español ha sido “un miembro activo de la comunidad” y agradeció su aportación al país, que deseó continúe.José Andrés, que recibió la ciudadanía estadounidense en noviembre de 2013, se estableció en los años 90 en Washington, donde es presidente emérito de la ONG DC Central Kitchen y además fundó World Central Kitchen con la que desarrolla proyectos en Haití.El cocinero español, que se ha convertido en un habitual en la vida social y cultural de la capital estadounidense, tiene restaurantes en California, Nevada, Florida, Puerto Rico y Washington DC.
Independencia | Mensaje
Barack Obama ofreció un mensaje ayer para celebrar 238 años de independencia.
Conmemorativo
El presidente dio ayer las gracias a los hombres y mujeres de las fuerzas armadas que mantienen el país a salvo, con motivo de la celebración del Día de la Independencia.
“Palabras especiales”
Comenzó su mensaje, que normalmente emite los sábados, con unas palabras especiales para la selección de fútbol de Estados Unidos, que “representó tan bien al país en la Copa del Mundo que se disputa en Brasil, donde llegó a los octavos de final”.
Fundadores
Recordó a los fundadores de la independencia. “Aquellos patriotas unidos por la creencia en una verdad simple, que todos estamos dotados de derechos inalienables y que entre estos derechos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad”.
Generaciones
“Generaciones de personas que viven en Estados Unidos se han manifestado, han marchado, organizado, luchado e incluso muerto por extender esos derechos a los demás”.

(Fuente:   http://yucatan.com.mx/internacional/norteamerica/nacion-de-inmigrantes  y selección de  Patric)

Declaración de Independencia de los Estados Unidos

El cuadro de John TrumbullLa Declaración de Independencia, recoge el momento de la presentación del trabajo del Comité de los Cinco al Congreso.
La Declaración de Independencia de los Estados Unidos, leída solemnemente en Filadelfia, constituye todavía hoy uno de los textos más innovadores y trascendentes de la historia contemporánea. En él quedaron proclamados dos principios básicos que recogieron posteriormente los grandes textos sobre derechos fundamentales: «libertad e igualdad».
De acuerdo con ello, los nuevos estados formaron una república, regida por un presidente y una asamblea o congreso, elegidos ambos por todos los habitantes mayores de edad. Se había instituido, pues, un régimen democrático, fijándose los derechos y deberes de gobernantes y gobernados en una ley fundamental o Constitución.
El destino de la nueva nación se libró en una guerra con Gran Bretaña que fue difícil para los estadounidenses durante los tres primeros años. Después, con la ayuda de franceses y españoles y conducidos por George Washington, lograron derrotar a su antigua metrópoli en Saratoga (1777) y Yorktown (1781). Dos años después se firmaba el Tratado de París por el que Gran Bretaña reconocía la independencia de los Estados Unidos.

En CONGRESO, 4 de julio de 1776.

La Declaración unánime de los trece Estados Unidos de América,

Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario que un pueblo disuelva los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tome entre las naciones de la Tierra el puesto separado e igual al que las leyes de la naturaleza y del Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.
Introducción
Afirma que la gente tiene la habilidad de asumir la independencia política según la ley natural. Admite que el motivo de independencia tiene que ser razonable, y por eso, tiene que ser explicado.
Sostenemos como evidentes por sí mismas dichas verdades: que todos los hombres son creados iguales; que son dotados por su Creador de ciertos derechos inalienables; que entre estos están la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad; que para garantizar estos derechos se instituyen entre los hombres los gobiernos, que derivan sus poderes legítimos del consentimiento de los gobernados; que cuando quiera que una forma de gobierno se vuelva destructora de estos principios,el pueblo tiene derecho a reformarla o abolirla, e instituir un nuevo gobierno que base sus cimientos en dichos principios, y que organice sus poderes en forma tal que a ellos les parezca más probable que genere su seguridad y felicidad. La prudencia, claro está, aconsejará que los gobiernos establecidos hace mucho tiempo no se cambien por motivos leves y transitorios; y, de acuerdo con esto, toda la experiencia ha demostrado que la humanidad está más dispuesta a sufrir, mientras los males sean tolerables, que a hacerse justicia mediante la abolición de las formas a las que está acostumbrada. Pero cuando una larga serie de abusos y usurpaciones, que persigue invariablemente el mismo objetivo, evidencia el designio de someterlos bajo un despotismo absoluto, es el derecho de ellos, es el deber de ellos, derrocar ese gobierno y proveer nuevas salvaguardas para su futura seguridad.
Preámbulo
Resume la filosofía general de gobierno que justifica una revolución cuando el gobierno hace daño a los derechos naturales. En el preámbulo se reconocen el derecho a la Vida, a la Libertad y a la Felicidad: es el primer documento histórico en el que se reconocen los derechos humanos más fundamentales.
Tal ha sido el paciente sufrimiento de estas colonias; y tal es ahora la necesidad que las compele a alterar su antiguo sistema. La historia del presente rey de la Gran Bretaña es una historia de repetidas injurias y usurpaciones, cuyo objeto principal es y ha sido el establecimiento de una absoluta tiranía sobre estos estados. Para probar esto, sometemos los hechos al juicio de un mundo imparcial.
Ha rehusado asentir a las leyes más convenientes y necesarias al bien público de estas colonias, prohibiendo a sus gobernadores sancionar aun aquellas que eran de inmediata y urgente necesidad a menos que se suspendiese su ejecución hasta obtener su consentimiento, y estando así suspensas las ha desatendido enteramente.
Ha reprobado las providencias dictadas para la repartición de distritos de los pueblos, exigiendo violentamente que estos renunciasen el derecho de representación en sus legislaturas, derecho inestimable para ellos, y formidable sólo para los tiranos. Ha convocado cuerpos legislativos fuera de los lugares acostumbrados, y en sitos distantes del depósito de sus registros públicos con el único fin de molestarlos hasta obligarlos a convenir con sus medidas, y cuando estas violencias no han tenido el efecto que se esperaba, se han disuelto las salas de representantes por oponerse firme y valerosamente a las invocaciones proyectadas contra los derechos del pueblo, rehusando por largo tiempo después de desolación semejante a que se eligiesen otros, por lo que los poderes legislativos, incapaces de aniquilación, han recaído sobre el pueblo para su ejercicio, quedando el estado, entre tanto, expuesto a todo el peligro de una invasión exterior y de convulsiones internas.
Se ha esforzado en estorbar los progresos de la población en estos estados, obstruyendo a este fin las leyes para la naturalización de los extranjeros, rehusando sancionar otras para promover su establecimiento en ellos, y prohibiéndoles adquirir nuevas propiedades en estos países.
En el orden judicial, ha obstruido la administración de justicia, oponiéndose a las leyes necesarias para consolidar la autoridad de los tribunales, creando jueces que dependen solamente de su voluntad, por recibir de él el nombramiento de sus empleos y pagamento de sus sueldos, y mandando un enjambre de oficiales para oprimir a nuestro pueblo y empobrecerlo con sus estafas y rapiñas.
Ha atentado a la libertad civil de los ciudadanos, manteniendo en tiempo de paz entre nosotros tropas armadas, sin el consentimiento de nuestra legislatura: procurando hacer al militar independiente y superior al poder civil: combinando con nuestros vecinos, con plan despótico para sujetarnos a una jurisdicción extraña a nuestras leyes y no reconocida por nuestra constitución: destruyendo nuestro tráfico en todas las partes del mundo y poniendo impuestos sin nuestro consentimiento: privándonos en muchos casos de las defensas que proporciona el juicio por jurados: transportándonos más allá de los mares para ser juzgadospor delitos supuestos: aboliendo el libre sistema de la ley inglesa en una provincia confinante: alterando fundamentalmente las formas de nuestros gobiernos y nuestras propias legislaturas y declarándose el mismo investido con el poder de dictar leyes para nosotros en todos los casos, cualesquiera que fuesen.
Ha abdicado el derecho que tenía para gobernarnos, declarándonos la guerra y poniéndonos fuera de su protección: haciendo el pillaje en nuestros mares; asolando nuestras costas; quitando la vida a nuestros conciudadanos y poniéndonos a merced de numerosos ejércitos extranjeros para completar la obra de muerte, desolación y tiranía comenzada y continuada con circunstancias de crueldad y perfidia totalmente indignas del jefe de una nación civilizada.
Ha compelido a nuestros conciudadanos hechos prisioneros en alta mar a llevar armas contra su patria, constituyéndose en verdugos de sus amigos y hermanos o a caer ellos mismos por sus manos.
Ha excitado insurrecciones domésticas y se ha esforzado en provocar a los habitantes de nuestras fronteras, los inmisericordes indios salvajes, cuya conocida regla de guerra es una destrucción sin distinción de edad, sexo y condición.
A cada grado de estas opresiones hemos suplicado por la reforma en los términos más humildes; nuestras súplicas han sido contestadas con repetidas injurias. Un príncipe cuyo carácter está marcado por todos los actos que definen a un tirano, no es apto para ser el gobernador de un pueblo libre.
Acusación
Una lista de las «repetidas injurias y usurpaciones».
Tampoco hemos faltado a la consideración debida hacia nuestros hermanos los habitantes de la Gran Bretaña; les hemos advertido de tiempo en tiempo del atentado cometido por su legislatura en extender una ilegítima jurisdicción sobre las nuestras. Les hemos recordado las circunstancias de nuestra emigración y establecimiento en estos países; hemos apelado a su natural justicia y magnanimidad, conjurándolos por los vínculos de nuestro origen común a renunciar a esas usurpaciones que inevitablemente acabarían por interrumpir nuestra correspondencia y conexiones. También se han mostrado sordos a la voz de la justicia y consanguinidad. Debemos, por tanto, someternos a la necesidad que anuncia nuestra separación, y tratarlos como al resto del género humano: enemigos en la guerra y amigos en la paz.
Conclusión
Los signatarios afirman que existen condiciones bajo las cuales el pueblo debe cambiar su gobierno, y es necesario que las colonias anuncien su separación y disuelvan sus lazos con la corona británica.
Por tanto, nosotros, los representantes de los Estados Unidos, reunidos en Congreso General, apelando al juez supremo del universo, por la rectitud de nuestras intenciones, y en el nombre y con la autoridad del pueblo de estas colonias, publicamos y declaramos lo presente: que estas colonias son, y por derecho deben ser, estados libres e independientes; que están absueltas de toda obligación de fidelidad a la corona británica: que toda conexión política entre ellas y el estado de la Gran Bretaña, es y debe ser totalmente disuelta, y que como estados libres e independientes, tienen pleno poder para hacer la guerra, concluir la paz, contraer alianzas, establecer comercio y hacer todos los otros actos que los estados independientes pueden por derecho efectuar. Así que, para sostener esta declaración con una firme confianza en la protección divina, nosotros empeñamos mutuamente nuestras vidas, nuestras fortunas y nuestro sagrado honor.
Firmantes
La firma primera y famosa en la versión oficial es de John Hancock, el presidente del Congreso continental. Dos presidentes futuros, Thomas Jefferson y John Adams, son signatarios. Edward Rutledge (26 años de edad), es el firmante más joven, y Benjamin Franklin (70 años) es el firmante más viejo. Los cincuenta y seis firmantes de la Declaración representaban los nuevos estados según su situación (del norte al sur):