sábado, 10 de noviembre de 2012

Puerto Rico: entre anexión e independencia


Banderas de EE.UU. y de Puerto Rico
De conjunto con las elecciones presidenciales y estaduales  en los Estados Unidos, se produjo ayer en Puerto Rico un referendo de opciones políticas sin carácter vinculante: la anexión, el mantenimiento del Estado Libre Asociado (colonial) o la independencia. Durante décadas la opción mayoritaria ha sido la intermedia, la explícitamente colonial, pero esta vez el resultado de la consulta fue diferente. Una minoría, que aparece ahora como mayoría, apoya la anexión, y una minoría que aparenta ser cada vez más exigua, exige la independencia.
Con la anexión, los puertorriqueños pasarían a ser estadounidenses, como lo son los californianos o los floridanos, sin que el origen cultural sea más importante, desde cualquier perspectiva, que el de los chinos o los italianos en sus respectivos barrios urbanos. La lengua inglesa adquiriría carácter obligatorio. De este modo los boricuas tendrían representantes en el Senado y el derecho a votar y a ser elegidos en elecciones presidenciales, además de grandes ventajas económicas. La elección del estatus colonial podía parecer paradójica, pero era un acto de negación, no de sumisión; los puertorriqueños no querían ser estadounidenses. El medallista olímpico boricua Javier Culson, lo acababa de decir de forma clara: “no quiero que mi bandera monoestrellada, se pierda entre 50 más”.
Queda por hacer la otra pregunta: ¿por qué el sentimiento nacionalista no se expresa a favor de la independencia?, que debemos complementar de esta manera, ¿qué ganarían los boricuas de conseguirla? Utilizo con toda intención un verbo ajeno a los valores patrióticos: ganar. Creo que la independencia nacional no es un valor en sí misma, es un medio, un camino. Los seres humanos aspiran a la mayor porción posible de felicidad, y la independencia de sus naciones es un acto de reivindicación de derechos y de apertura de posibilidades.
En los albores del capitalismo, el Estado Nación fue la opción más adecuada para la burguesía, la clase entonces más revolucionaria: una lengua, una moneda, un territorio, tradiciones comunes, en fin, un mercado relativamente homogéneo. El sentimiento independentista surgió en América Latina cuando el colonialismo, en lugar de ser fuente de progreso, se convirtió en obstáculo para el libre desarrollo de la incipiente burguesía criolla. Los límites impuestos a la felicidad se convirtieron en afrentas a la justicia: la independencia destruía los privilegios del opresor-extranjero y reestablecía la justicia, en la misma medida en que la deposición de la nobleza, había abierto el camino a la justicia burguesa en las metrópolis. La independencia nacional o es un camino, una puerta para alcanzar algo, o es nada. Claro que expresa una identidad. Los puertorriqueños, después de 114 años de control estadounidense, se aferran a una lengua, a una cultura, a una identidad que no ha podido ser vencida. La identidad genera sentimientos de pertenencia. Para los burgueses puertorriqueños cuya riqueza depende del capital estadounidense, no existen “sentimentalismos” nacionales.
En el mundo de hoy, la independencia de una nación pobre, sin burguesía nacional, tiene sentido solo si es para construir una sociedad alternativa a la capitalista. De lo contrario, ¿a qué podría aspirar?, ¿a un neocolonialismo con igual o mayor pobreza? De hecho, las colonias que alcanzan la independencia a partir de la segunda mitad del siglo XX, al contrario de lo que sucedía en el XIX, subvierten de facto el orden capitalista; por eso el movimiento anticolonial -y cualquier pretensión antineocolonial- del siglo XX, fue duramente combatido por el imperialismo. Ello crea una contradicción difícil de superar: los revolucionarios puertorriqueños no pueden enarbolar el socialismo cuando la tarea primaria es la independencia, pero no pueden enarbolar la independencia si el horizonte es el capitalismo dependiente y subdesarrollado de las naciones vecinas. José Martí, que ya no representaba a la clase de ricos hacendados que inició la contienda en 1868, desechó cualquier idea de lucha de clases en el proceso de conquista de la independencia nacional, pero siempre habló de la Revolución que se haría después de alcanzado el poder, y creó el Partido Revolucionario, como instrumento político para alcanzar esa independencia y proseguir la lucha por las transformaciones internas.
La independencia nacional es el marco imprescindible de un proyecto alternativo. No existe unidad nacional sin proyecto alternativo de Nación. No existe proyecto alternativo sin soberanía. Si el proyecto se desdibuja, los sentimientos patrióticos merman, o se convierten en “paisaje”, en una frase folklorista. “El amor madre a la Patria, no es el amor ridículo a la tierra, ni a la yerba que pisan nuestras plantas”, escribíaMartí en Abdala. Lo que me ata a Cuba no son las palmas, es el socialismo, aunque ame las palmas. Por eso se dice con razón que la Revolución de 1959 posibilitó la unidad nacional, y elevó a los cubanos a la condición de sujetos de la historia. Aspiramos sin embargo a la unidad latinoamericana, a la unidad futura de todos los pueblos. Los límites nacionales son históricos, y los debe romper el internacionalismo de los pueblos, no la trasnacionalización del Capital.
Quiero finalizar esta reflexión con unas palabras de Visitante, de Calle 13, el dúo boricua, expresadas a la revista La Calle del Medio: “de repente prendes el televisor y está MTV bombardeándote de información, pero yo creo que todo el mundo está expuesto a eso. Vas a España y ves un concierto de música norteamericana. En Puerto Rico eso es lo que más abunda, como colonia que somos, no tenemos otras posibilidades. Yo estaba hablando con Diana de lo complicado que es para Puerto Rico la condición de colonia, porque ahora mismo, en la CELAC nosotros no teníamos representación como país latinoamericano. Yo me siento latinoamericano, yo hablo español, yo tengo la influencia del tambor igual que la tienen ustedes, con otra vuelta, con otra onda, pero está ahí. Yo me siento más cerca de abajo que de ningún otro lugar. Entonces tampoco tenemos representación en el Congreso de los Estados Unidos porque somos un territorio no afiliado, somos una finca, una finquita ahí… tierra de nadie.”
¿CUÁL DEBIERA SER LA SOLUCIÓN?
“Yo pienso que deberíamos tener la independencia. Es algo para lo que la educación es súper importante. En Puerto Rico hay que invertir en la educación, hay que meterle a eso. La mayoría no ve la independencia como una opción. De alguna manera uno se siente abandonado. No somos parte de ningún gremio latinoamericano, pero tampoco en los Estados Unidos te quieren. (…) En mi país hay mucha desinformación.
En la escuela no se enseña Historia Latinoamericana. Creo que la comunicación entre los latinoamericanos es muy importante, podemos aprovechar mejor los valiosos recursos que tenemos. Puerto Rico pudiese ser de los más beneficiados con eso, de que se unan y de alguna manera nos sirvan de apoyo, porque la verdad es que no tenemos ninguna ayuda.”

(Fuente:  http://www.cubadebate.cu/opinion/2012/11/08/puerto-rico-entre-anexion-e-independencia/ y selección de Patric)

EL FBI INVESTIGA A LA BIÓGRAFA Y AMANTE DEL EX JEFE DE LA CíA.


El FBI investiga a la biógrafa y amante del ex jefe de la CIA

Crece la preocupación por si el affaire entre David Petraeus y Paula Broadwell ha puesto en peligro la seguridad nacional.

Día 10/11/2012 - 20.26h

El caso es el ideal de una novela de espías: CIA, jefe que se enamora de su biógrafa, amante que puede tener acceso a información privilegiada, correos electrónicos quizás hackeados... Estados Unidos en peligro.
Algo así es lo que investiga el FBI en el destapado caso de la relación amorosa de David Petraeus con Paula Broadwell, autora de una reciente biografía sobre el celebrado general de cuatro estrellas.
La dimisión el viernes de Petraeus, que apenas llevaba un año a frente de la Agencia Central de Inteligencia estadounidense, fue primero aparentemente un mero asunto de relación extramarital, pero en unas horas dio paso a revelaciones que cuestionan si esa relación ha puesto en peligro secretos de la seguridad del país.

Manipulación informática

El FBI había abierto hace unos meses una investigación sobre un «asunto potencialmente criminal» que no estaba centrado en Petraeus. En el curso de las pesquisas para determinar si un ordenador que había utilizado el general había visto su seguridad vulnerada, los agentes encontraron evidencias de la relación amorosa entre Petraeus y Broadwell, así como de rastros de posible manipulación informática, según apuntan las fuentes consultadas por varios medios estadounidenses. Algunas fuentes sugieren que Broadwell pudo tener acceso a una cuenta de correo electrónico de Petraeus.
El director de la CIA fue contactado hace dos semanas por el FBI para que diera explicaciones, y él mismo el pasado miércoles, al día siguiente de las elecciones, avisó a la Casa Blanca del problema. El jueves acudió a ver a Obama y le presentó su dimisión. Esta fue aceptada al día siguiente por el presidente y la noticia se difundió.
«Después de 37 años casado», indicó Petraeus en un comunicado, mostré un juicio extremadamente pobre por implicarme en un affaire extramatrimonial. Tal conducta es inaceptable, tanto como esposo como como líder de una organización con la nuestra». Obama respondió con otro en el que destacaba la hoja de servicios del militar.
Oficialmente no se han dado detalles y todo ha quedado en la justificación la marcha del general por un adulterio. Tampoco el FBI ha desvelado con amplitud su investigación a las comisiones de Inteligencia del Congreso.
Paula Broadwell, de 40 años, casada y con dos hijos, estudió en la academia militar de West Point y es una investigadora asociada de Harvard. Este año publicó, junto con otro autor, la biografía «All In: The Education of General David Petraeus». Conoció al general en 2006 y posteriormente mantuvo diversas entrevistas con él durante su despliegue en Afganistán para escribir el libro.
Petraeus se casó al mes de graduarse en West Point con Holly Knowlton, que era la hija del superintendente de la academia. Tras su largas ausencias por sus despliegues en el frente, Petraeus dijo al incorporarse a la CIA que ahora tenía oportunidad de estar más con su mujer.
(Fuente:  http://www.abc.es/20121110/internacional/abci--201211101956.html y selección de  Patric)