jueves, 25 de julio de 2013

Obama promete dedicarse a que EE.UU. "funcione" de nuevo para sus ciudadanos

Obama promete dedicarse a que EE.UU.
Washington, El presidente de EE.UU., Barack Obama, prometió hoy dedicar "cada minuto de los 1.276 días" que le quedan en la Casa Blanca a hacer que el país "funcione de nuevo" para todos los estadounidenses y a mantener viva la idea del "sueño americano".
"Puede parecer difícil hoy en día, pero si estamos dispuestos a tomar algunas medidas audaces, si Washington deja de lado el tipo de partidismo que hemos visto en estos últimos años, nuestra economía será más fuerte dentro de un año", dijo Obama en un esperado discurso sobre su política económica en la Universidad Knox (Illinois).
"Lo que nos hace especiales nunca ha sido nuestra capacidad de generar riquezas increíbles para unos pocos, sino la de dar a todos la oportunidad de perseguir su verdadera medida de la felicidad (...) Es por eso que no lo llamamos el sueño de John, el de Susie o el de Barack, sino el sueño americano", destacó.
Sin mencionar directamente la polémica por la revelación de los programas de su espionaje de su Gobierno, Obama afirmó que "un desfile interminable de distracciones" y "escándalos falsos" han desplazado la atención de la recuperación económica, de la que dijo que seguirá siendo su principal "prioridad".
También alertó de la "creciente desigualdad" en el país pese a haber dejado atrás la peor crisis desde la Gran Recesión y advirtió, además, del empeoramiento del "estancamiento" político.
"Esa creciente desigualdad no solo es moralmente mala, es mala para la economía", aseguró Obama entre aplausos.
El mandatario subrayó que su "más alta prioridad" es corregir ese problema, a su juicio "ignorado" por los políticos en Washington, en particular durante los dos últimos años y en especial por una "facción" de los republicanos que se opone a votar las iniciativas presentadas por su Gobierno.
"Juntos hemos salvado la industria del automóvil, nos hemos hecho cargo de un sistema sanitario roto y hemos invertido en nuevas tecnologías para revertir nuestra dependencia del petróleo extranjero", sostuvo al repasar algunos de los logros de su mandato.
Asimismo, recordó que en los últimos 40 meses las empresas estadounidenses han creado 7,2 millones de nuevos puestos de trabajo y que este año el crecimiento del empleo en el sector privado está siendo el más fuerte desde 1999.
"Como país, nos hemos recuperado más rápido y hemos ido más lejos que la mayoría de las otras naciones avanzadas del mundo", enfatizó.
Obama adelantó que durante las próximas semanas viajará por el país para exponer sus ideas sobre "cómo construir los pilares de lo que significa ser clase media en Estados Unidos".
De acuerdo con el presidente, lo que necesita el país es una estrategia "a largo plazo" para "revertir las fuerzas que han conspirado contra la clase media durante décadas".
Las prioridades por las que se comprometió a trabajar Obama son la creación de empleo, proporcionar una jubilación segura, la lucha contra la pobreza, la mejora del acceso a la educación superior, fortalecer el mercado de la vivienda y aplicar la reforma sanitaria aprobada en 2010.
"Buenos trabajos. Mejores ganancias para la clase media y los que trabajan para unirse a ella (...) Ahí es donde voy a centrar mis energías", señaló el presidente.
También instó a los republicanos que se oponen a sus políticas a que presenten sus propias ideas "para dar a la clase media una mejor oportunidad".
"Hemos pasado a través de lo peor de los vientos del ayer. Y si encontramos el valor para seguir adelante, si fijamos nuestra mirada en el horizonte, encontraremos un océano de mañanas, un cielo de mañanas", concluyó. 
© 2013 Univision Communications Inc.

lunes, 22 de julio de 2013

HELEN THOMAS, AZOTE DE LA CONCIENCIA DE LOS PRESIDENTES DE EEUU.

Helen Thomas, fallecida hoy a los 92 años, fue una pionera periodista que abrió camino a las mujeres en una Casa Blanca de la que sólo informaban hombres, pero también una punzante voz que durante medio siglo acechó la conciencia de los presidentes de EE.UU.
Desde el centro de la primera fila de la sala de prensa de la Casa Blanca, un privilegiado espacio que obtuvo tras décadas de perseverancia, Thomas miraba con la ceja levantada a cada uno de los portavoces de la Casa Blanca, dispuesta a torturarles con inagotables preguntas sobre los entresijos del poder.
Conocida como la decana de los corresponsales de la Casa Blanca por los 50 años que pasó en su sala de prensa, Thomas no creía que existieran las "preguntas groseras", como dijo en una entrevista con el New York Times en 2006, y no dudó en dejarlo claro en su cobertura de diez presidentes, de John F. Kennedy a Barack Obama.
"Quiero que su conciencia le moleste", le dijo una vez al antiguo portavoz de la Casa Blanca de Obama, Robert Gibbs, en uno de sus tensos intercambios.
Su extrema franqueza le mereció muchas críticas y acabó por costarle el trabajo en 2010, pero para entonces Thomas ya se había convertido en un todo un icono en la Casa Blanca y para las periodistas de todo el país, que cuando ella comenzó su carrera seguían encasilladas en columnas sobre asuntos domésticos.
La primera mujer en ser corresponsal fija en la Casa Blanca de una agencia de noticias fue también la encargada de romper la barrera "que mantenía a las mujeres fuera del Club de Prensa Nacional", al convertirse en 1971 en su primera miembro, recordó hoy la presidenta actual del club, Angela Greiling Keane.
Helen Thomas estuvo 57 años cubriendo la información de la Casa Blanca. (Foto: Sodahead)
La vasta curiosidad y el carácter sin tapujos de Thomas fueron claves en su ascenso a ese mundo de hombres, donde pronto se ganó el respeto de sus compañeros e incluso la admiración de presidentes como Ronald Reagan, que en 1984 aseguró que se había convertido "en una parte importante de la presidencia estadounidense".
Menos simpatía despertó en la administración de George W. Bush (2001-2009), a quien ella describió como "el peor presidente que ha habido" y ante el que nunca dejó de cuestionar la entrada en la guerra de Irak en 2003, una política que, según Thomas, no fue lo suficientemente cuestionada por sus compañeros de la sala de prensa.
"Me gustaría que los periodistas tuvieran más responsabilidad, que hablaran más sobre los oprimidos", dijo a la cadena CNN en 2011.
Aunque se definía como políticamente liberal, Thomas no se contenía al interrogar a demócratas como Bill Clinton (1993-2001) u Obama, de quien llegó a decir en 2009 que "ni siquiera (Richard) Nixon intentaba controlar tanto a la prensa".
Obama, que comparte cumpleaños con Thomas -el 4 de agosto- y en 2009 le llevó magdalenas para celebrarlo en la sala de prensa, celebró hoy la "convicción" de una periodista que "nunca fracasó a la hora de mantener a los presidentes en alerta, incluido" él.
Thomas fue más crítica que nunca durante los diez últimos años de su carrera, entre 2000 y 2010, cuando dejó UPI para escribir columnas de opinión en los periódicos Hearst, y según ella, podía preguntarse libremente cada mañana "a quién toca odiar hoy".
Repitió esa rutina hasta junio de 2010, cuando la polémica por unas declaraciones en las que afirmó que los judíos debían "irse cuanto antes de Palestina", condenadas por muchos de sus compañeros y por la propia Casa Blanca, le llevó a dimitir y abandonar la sala de prensa de una forma muy diferente a la que le habría gustado.
Nacida en 1920 en una familia de inmigrantes libaneses en Kentucky y licenciada en Inglés, el primer trabajo en Washington de Thomas fue de camarera, aunque pronto lo abandonó porque "no sonreía lo suficiente", según solía recordar.
Entró entonces como chica de los recados en el diario Washington Daily News, y en 1943 empezó a trabajar para UPI, agencia en la que permanecería 57 años y para la que cubriría la Casa Blanca desde la llegada al poder de Kennedy, en enero de 1961.
Sus jornadas intensivas en la Casa Blanca dejaban poco espacio a su vida personal, pero en 1971 se casó con Douglas Cornell, un excorresponsal en la Casa Blanca de la agencia AP catorce años mayor que ella, que murió en 1982. No tuvo hijos.
Autora de cuatro libros, Thomas fue la primera mujer presidenta del club periodístico Gridiron y de la Asociación de Corresponsales de la Casa Blanca, que en 1998 creó el Premio Helen Thomas en su honor, para recompensar a periodistas de carreras notables.
Su muerte, que llega después de una larga convalecencia por problemas de riñón, coincide con una renovada polémica en la prensa ante las revelaciones de espionaje de la inteligencia de EE.UU, que han renovado la imagen de secretismo de la administración de Obama.
Quienes comparten esa crítica echarán de menos las preguntas y el humor ácido de Thomas, que en una ocasión bromeó con que "si les dejaran, los funcionarios del Gobierno clasificarían como 'alto secreto' el color de las paredes" de la Casa Blanca.
 (Fuente:  http://www.abc.es/agencias/noticia.asp?noticia=1463031  y selección de Patric)
Noticias relacionadas

martes, 16 de julio de 2013

La herida racial se reabre en EE UU

Obama pide calma tras la absolución de un vigilante blanco que mató a un adolescente negro

El veredicto desata protestas en varias ciudades



Miles de personas han salido a las calles de las principales ciudades estadounidenses tras la absolución de George Zimmerman, el vigilante vecinal que en febrero de 2012 acababa de un tiro en el corazón a quemarropa con la vida de Trayvon Martin, un joven negro de 17 años desarmado que volvía a casa de su padre tras comprar golosinas en una noche de lluvia. 
La principal manifestación tuvo lugar en la noche de este domingo en Nueva York, en Times Square, donde miles de personas se concentraron para protestar contra la sentencia. La policía ha detenido a al menos cinco personas tras desplegar un extenso dispositivo de seguridad. En Los Ángeles, los manifestantes cortaron el tráfico en varias calles. Las fuerzas de seguridad señalaron que si la mayoría de ellos mantuvieron una actitud pacífica, algunos se mostraron agresivos, lanzando piedras contra los agentes. En Boston, unas 500 personas se sumaron a la protesta. También hubo concentraciones y marchas en San Francisco, Chicago, Filadelfia y Atlanta, entre otras ciudades.
El país estaba en guardia ante los disturbios que se especulaban podían suceder si un hombre blanco resultaba inocente de haber acabado con la vida de un joven negro. Ante lo que no sucedió pero como una medida más de la contención hasta ahora demostrada en un caso que hace supurar la herida de la segregación nunca cerrada, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que Barack Obama llamaba a la calma y pedía respeto para la decisión judicial en un estado de derecho."La muerte de Trayvon Martín es una tragedia", escribió el presidente. "Sé que este caso ha levantado pasiones", prosigue, "pero un jurado ha hablado". A continuación, Obama pide a sus conciudadanos mantener la calma y reflexionar sobre la cultura de la violencia armada que tantas vidas se cobra.
No ha sido esta la única vez que el mandatario se pronuncia sobre un caso que tiene la raza en el epicentro de su debate por mucho que se ignore. Casi un mes después de la muerte de Martín -con Zimmerman todavía en libertad- el presidente Barack Obama declaró que si él tuviera un hijo “sería como Trayvon”. No hacía falta decir más.
A las puertas del tribunal de Sanford, fuertemente custodiado, donde Zimmerman, 29 años y con chaleco antibalas bajo su traje, escuchaba sereno y contenido el veredicto que le convertía en un hombre libre, varios centenares de personas levantaron sus puños al cielo y clamaron por la justicia que consideraron denegada a Martin a la vez que portaban pancartas en las que se leía “Opresión racial”. Pero la noche y la madrugada transcurrieron sin disturbios, sin incidentes graves ni levantamientos como en las épocas de lucha racial en EE UU en las calles de ciudades como Chicago, Washington o Los Ángeles. Tan solo en Oakland (California) se produjeron incidentes que acabaron con ventanas de comercios rotas y hogueras callejeras.
Una parte de EE UU considera que el veredicto de inocencia de Zimmerman es un ejemplo de que sigue existiendo una doble justicia para los ciudadanos, aquella que se aplica dependiendo del color de la piel y que retrotrae a las épocas de la segregación racial, cuando un hombre blanco no sufría las consecuencias legales de matar a un hombre negro.
El caso tiene, además, un componente que refiere a otra lucha distinta de derechos civiles, la que posibilita, según las permisivas leyes de Florida, a una persona a defenderse con la máxima fuerza cuando considera que su vida corre peligro y le otorga el beneficio de la duda ante un juez.
Ese beneficio es el que ha pesado en la decisión de las seis mujeres del jurado, que pasadas las diez de la noche del sábado entraban en la sala del juicio y confirmaban cada una con un tímido sí la pregunta de la juez de si consideraban no culpable a Zimmerman. Este escuchó estoico las palabras que le devolvían de nuevo al mundo de los hombres libres y, si acaso, se intuyó una tímida sonrisa de alivio. Su mujer lloraba y los padres del vigilante —él un hombre blanco y ella una mujer hispana de Perú—, lo que ha situado la identidad racial del acusado también en el plano de la discusión, se abrazaban entre lágrimas. Los padres de Martin no estaban presentes en el momento de la lectura del veredicto.
El caso comenzó el 26 de febrero de 2012 con un bajo perfil y fue escalando posiciones hasta convertirse en un nuevo referente para el debate —tabú— sobre la raza que pervive en este país. Zimmerman no fue detenido hasta seis semanas después de la muerte de Martin y lo fue tras la brutal presión social que forzó a la fiscalía de Florida a apartar a los procuradores locales y nombrar a la fiscal general de Jacksonville.
Nadie cuestionaba el sábado que la sentencia no fuera judicialmente aceptable. El jurado hizo lo que tenía que hacer y no pudo constatar, ante las escasas pruebas, “sin una duda razonable”, que Zimmerman no actuase en defensa propia cuando disparó contra Martin. Según la defensa, el vigilante de la urbanización donde vivía el padre de Martin solo se defendió del ataque del joven negro y como prueba presentó —cada vez que tuvo la oportunidad a lo largo de las tres semanas de testimonios con más de 50 testigos— las fotografías de su nariz partida y los cortes en la cabeza producidos durante la pelea contra el suelo de cemento de la acera.
El fiscal dibujó un escenario muy distinto, aquel en el que Zimmerman actuó movido por sus prejuicios al considerar un criminal al joven negro que caminaba bajo la lluvia en la noche cubierto por la capucha de su sudadera y algo en sus manos (una bolsa de Lacasitos). El fiscal calificó a Zimmerman como alguien que se creía un policía sin serlo y que se tomó la justicia por su mano movido por la convicción de que el chico “no era bueno”.
Si la sentencia es aceptable judicialmente, socialmente es un capítulo aparte. Desde el reverendo Jesse Jackson a la NAACP (la asociación para el avance de las personas de color y principal grupo de lucha de derechos civiles de los negros en EE UU) se calificaba como “descarrilamiento de la justicia” el veredicto de inocencia. “El más fundamental de los derechos civiles —el derecho a la vida— fue violado la noche que George Zimmerman persiguió y acabó con la vida de Trayvon Martin”, se lee en la petición hecha por la NAACP al Departamento de Justicia para que presente cargos federales contra el vigilante.
La juez despachó a Zimmerman con una frase: “Puede irse, no tiene asuntos pendientes con este tribunal”. La opinión pública dictaba su juicio paralelo: no culpable, pero no inocente. Robert Zimmerman, hermano del acusado, proclamó la libertad condicional en la que desde la noche del sábado vivirá el exvigilante: “Pasará el resto de su vida guardándose las espaldas”.

martes, 2 de julio de 2013

Incendios destruyen más de tres mil 380 hectáreas en Arizona, EE.UU.

Imagen activa
Washington, 2 jul (PL) La gobernadora de Arizona, Jan Brewer, declaró el estado de emergencia por los incendios forestales que destruyeron más de tres mil 380 hectáreas y continúan hoy fuera de control en ese territorio.
Los siniestros provocaron la muerte el fin de semana de 19 bomberos, en lo que constituyó la peor tragedia para los especialistas en combatir fuegos desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, y el incidente más grave de su tipo en Estados Unidos en más de 80 años.




Más de 200 viviendas y otras instalaciones resultaron destruidas en zonas aledañas a la ciudad de Yarnell, a unos 140 kilómetros al noroeste de Phoenix, y varios centenares de personas fueron evacuadas.



Las autoridades aseguran que no han podido neutralizar el avance de los incendios, debido a los fuertes vientos, temperaturas por encima de 35 grados centígrados y la sequía en la región, todo lo cual provoca la propagación descontrolada de las llamas.



Más de 500 bomberos participan este martes en las operaciones contra el fuego y se espera el arribo de ayuda prometida por la Casa Blanca, en particular medios aéreos de las fuerzas armadas, informó la cadena televisiva CNN.



El presidente Barack Obama llamó la víspera por teléfono a Brewer, una republicana con quien tiene grandes diferencias políticas, para ofrecerle asistencia federal y a la vez expresar gratitud con las cientos de personas que trabajan para proteger hogares e instalaciones de la región afectada.

acl/rgh