lunes, 26 de enero de 2015

El gobernador de Nueva York declara estado de emergencia ante histórica tormenta


El nordeste de Estados Unidos está bajo alerta. Cortes generalizados de energía e importantes interrupciones del tráfico aéreo son temidos en toda la región por la amenaza de una tormenta invernal que podría arrojar de 2 a 3 pies de nieve en las próximas horas. Ante esta situación, el gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo declaró estado de emergencia en la ciudad.
“En Boston, el alcalde pidió a los ciudadanos acoger a sus vecinos más vulnerables”
Nueva York y Boston hasta la frontera canadiense se encuentran bajo alerta y más de 3,100 vuelos programados para el lunes y el martes han sido cancelados.
 
Según la previsión para esta tarde, Cuomo puede ordenar el cierre de las principales carreteras a partir de las 11 de la noche.
"Hemos enfrentado más emergencias en cuatro años que cualquier otro gobernador en otros periodos", dijo Cuomo en conferencia de prensa.
Pidió a los neoyorquinos no enfrentar a estar tormenta sin las medidas necesarias: "Entre 4 y 6 de la tarde todo el mundo debe de estar en su casa".
 
 

Las medidas que son necesarias.

En la misma línea habló Charlie Baker, gobernador de Massachusetts, quien advirtió a los residentes de su estado que debían prepararse porque las carreteras iban a estar "muy difícil, sino hasta imposible para navegar".
Además dijo que habría cortes de energía y posiblemente la falta de transporte público.
"Esta podría ser una de las mayores tormentas que jamás hayamos visto", aseguró antes el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.
"No hay que subestimar esta tormenta. Preparémonos para lo peor". El alcalde recomendó a la gente no salir de sus hogares, salvo para una emergencia, y adelantó que probablemente el martes las escuelas estén cerradas.
 
De Blasio dijo que esta tormenta, podría ser la "más importante de la historia de esta ciudad", lo cual tiene sustento en las proyecciones del Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) que que espera hasta 20 pulgadas de nieve sobre Nueva York entre el lunes y el martes.
Partes de Nueva Inglaterra podrían esperar hasta 2 pies o más de nieve, mientras que los fuertes vientos pueden causar condiciones de desorientación, derribar líneas eléctricas y agravar los accidentes por el mal clima.
La página en internet del gobierno estadounidense alertó a los residentes de esas áreas de una "tormenta potencialmente histórica" que podría traer consigo hasta 24 pulgadas de nieve.
 
Varios supermercados de NY fueron visitados por cientos de neoyorquinos inquietos por el pronóstico climático. Por otra parte, varias compañías aéreas ofrecieron a sus clientes cambiar gratuitamente sus vuelos, y cientos de ellos fueron cancelados. Más de 50 millones de personas podrían verse afectadas por esta tormenta de nieve, que podría paralizar al transporte.
Las autoridades de la ciudad ya han emitido una alerta por nieve y tienen listas maquinas quita nieve y toneladas de sal y arena para despejar los puentes y carreteras.
"Ahora estamos siguiendo de cerca las previsiones meteorológicas y actuaremos cuando sea necesario para evitar las acumulaciones de nieve", dijo el departamento de saneamiento.
 
En Boston, mientras tanto, el alcalde Martin Walsh pidió a los ciudadanos acoger a sus vecinos más vulnerables durante la tormenta.
El Servicio Nacional del Clima (NWS) emitió advertencias de vendaval de nieve en áreas de Nueva Inglaterra, incluyendo las ciudades de Boston, Providence, Nueva York y el noreste de Nueva Jersey, así como para el área metropolitana de Filadelfia.
Los especialistas del Servicio Meteorológico Nacional dicen que la nueva tormenta en la región comenzará durante la noche del domingo antes de avanzar por la costa.
"Definitivamente estamos viendo una situación bastante grave", dijo Mitchell Gaines, meteorólogo del Servicio Nacional del Clima.
American Airlines ha cancelado algunos vuelos, incluyendo un vuelo el lunes desde el Aeropuerto Internacional de Nueva York, John F. Kennedy, al aeropuerto londinense de Heathrow y uno programado desde Heathrow a Nueva York, dijo el portavoz Matt Miller.
 
Southwest, Delta y otras aerolíneas no han cancelado vuelos aún pero estaban preparándose para el lunes.
"Esta tormenta podría producir una banda pesada de nieve posiblemente paralizante y con fuertes vientos, lo que llevaría a las condiciones de tormenta de nieve", dijo Wes. " Es demasiado pronto para decir exactamente dónde se reunirá la mayor cantidad de nieve
 
Imágenes: Gran parte de Estados Unidos se cubre de nieve.
"Tendremos lluvia helada, aguanieve y nieve y las temperaturas rondarán el punto de congelación", dijo Adrienne Leptich, meteoróloga del NOAA.
El temporal recorrerá buena parte del noreste del país, con hasta siete pulgadas de nieve en Connecticut y Massachusetts, cuatro en Filadelfia y una en Washington.
Mientras, neoyorquinos como Wilson Iyokho, de Rockaways, ya han empezado a comprar comida y otros productos de primera necesidad, según afirmó al periódico local Daily News.
"No me va a afectar porque voy a hibernar en casa", dijo, por su parte, Myrna Mateo, de Queens, quien aseguró que ya tiene "vino suficiente y muchas películas de Netflix".
©Univision.com y Agencias
 

miércoles, 21 de enero de 2015

Discurso completo del presidente Barack Obama sobre el Estado de la Unión

Señor Presidente de la Cámara de Representantes, Señor Vicepresidente, miembros del Congreso y conciudadanos:
 
“La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión está fuerte”
Han pasado quince años de este nuevo siglo. Quince años que comenzaron con la presencia del terror en nuestras costas; que transcurrieron con una generación en dos guerras largas y costosas; que vieron una recesión brutal que se expandía por nuestra nación y por el mundo. Han sido, y aun son, tiempos difíciles para muchos.
Pero esta noche vamos a dar un giro.
Esta noche, después de un año de logros significativos para Estados Unidos, nuestra economía crece y genera empleos al ritmo más rápido desde 1999. La tasa de desempleo es ahora menor de lo que era antes de la crisis financiera. Más de nuestros hijos se gradúan hoy que antes; más de nuestra población tiene seguro médico hoy que antes; somos más libres de las garras del petróleo extranjero de lo que hemos sido en casi 30 años.
 
Esta noche, por primera vez desde el 11 de septiembre, ha terminado nuestra misión de combate en Afganistán. Hace seis años, casi 180,000 tropas estadounidenses prestaron servicio en Irak y Afganistán. Hoy quedan menos de 15,000. Y rendimos homenaje al valor y al sacrificio de todos los hombres y mujeres en esta generación del 11 de septiembre que ha prestado servicio para garantizar nuestra seguridad. Nos sentimos agradecidos y honrados por su servicio.
 
Estados Unidos, por todo lo que hemos sufrido; por toda la determinación y el trabajo duro requeridos para volver; por todo el trabajo que tenemos por delante, es importante saber esto:
La sombra de la crisis ha pasado y el Estado de la Unión está fuerte.
 
En este momento, con una economía en crecimiento, una disminución de los déficits, una industria desbordante y una producción energética en auge, hemos salido de la recesión con más libertad para escribir nuestro propio futuro que cualquier otra nación en la Tierra. Ahora depende de nosotros elegir quiénes queremos ser en los próximos quince años y en las décadas venideras.
 
¿Aceptaremos una economía en la que solo algunos de nosotros vivamos espectacularmente bien? ¿O nos comprometeremos a desarrollar una economía que genere sueldos que aumentan y oportunidades para todos aquellos que se esfuercen?
 
¿Nos enfrentaremos al mundo con miedo y reactivos, arrastrados a conflictos costosos que ejerzan presión en nuestras fuerzas armadas y reduzcan nuestra posición? ¿O nos guiaremos de forma inteligente, usando todos los elementos de nuestro poder para derrotar nuevas amenazas y proteger a nuestro planeta?
 
¿Vamos a dejar que lleguemos a dividirnos en facciones y nos enfrentemos los unos contra los otros, o podremos recuperar el sentido de propósito común que siempre ha propulsado a Estados Unidos hacia adelante?
 
En dos semanas, mandaré al Congreso un presupuesto lleno de ideas prácticas, no partidistas. Y en los meses que vienen cruzaré el país para defender mi postura en cuanto a esas ideas.
Por eso, esta noche, quiero centrarme menos en una lista de propuestas y centrarme más en los valores que están en juego a la hora de tomar las decisiones que se nos presentan.
Empieza con nuestra economía.
 
Hace siete años, Rebekah y Ben Erler de Minneapolis estaban recién casados. Ella era camarera. Él trabajaba en la construcción. Su primer hijo, Jack, estaba en camino.
Eran jóvenes, estaban enamorados en Estados Unidos y había muchas posibilidades de mejorar eso.
"Si tan solo hubiéramos sabido", me escribió Rebekah en la primavera, "lo que estaba a punto de suceder en el sector inmobiliario y de la construcción". Con la agudización de la crisis, el negocio de Ben cayó en picada, por lo que él aceptó cualquier trabajo que pudo encontrar, incluso si eso significaba tener que viajar durante largos períodos de tiempo. Rebekah consiguió préstamos de estudiante, se inscribió en un colegio comunitario y tomó la decisión de cambiar de profesión. Se sacrificaron el uno por el otro. Y poco a poco vieron el fruto. Compraron su primera vivienda. Tuvieron su segundo hijo, Henry. Rebekah consiguió un trabajo mejor y luego un aumento de sueldo. Ben ha vuelto a la construcción, y llega a casa para cenar todos los días.
 
"Es increíble", escribió Rebekah, "de lo que uno puede recuperarse cuando tiene que hacerlo... somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles".
Somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles.
 
Estados Unidos, la historia de Rebekah y Ben es nuestra historia. Ellos representan a millones que han trabajado duro y han hecho recortes y sacrificios y cambios. Ustedes son la razón por la que quise asumir este cargo. Ustedes son la gente que tenía en mis pensamientos hace seis años este mismo día, en los meses más difíciles de la crisis, cuando me puse de pie en los escalones de este Capitolio y prometí que reconstruiría la economía sobre una nueva base. Y han sido sus esfuerzos y resistencia los que han hecho posible que nuestro país salga de la crisis más fuerte que antes.
 
Confiamos en poder detener el flujo de trabajos que se mandan al extranjero y traer trabajos nuevos a nuestras costas. En los últimos cinco años nuestras empresas han creado más de 11 millones de puestos de trabajo nuevos.
 
Confiamos en nuestra capacidad de reducir nuestra dependencia del petróleo extranjero y proteger nuestro planeta. Y hoy, Estados Unidos es el número uno en petróleo y gas. Estados Unidos es el número uno en energía eólica. Cada tres semanas introducimos en las redes la misma cantidad de energía solar que en todo el año 2008. Y gracias a que ha bajado el precio de la gasolina y han aumentado los estándares de combustible, la familia promedio este año debería ahorrarse $750 en gasolina.
 
Confiamos en que podemos preparar a nuestros hijos para un mundo más competitivo. Y hoy, nuestros estudiantes más jóvenes han obtenido las notas más altas en matemáticas y lectura de la historia, las cifras de graduación de la escuela secundaria han batido un nuevo récord, y más personas que viven en Estados Unidos terminan la universidad que antes.
 
Confiamos en que al contar con regulaciones prudentes podríamos prevenir otra crisis, proteger a las familias de la ruina y fomentar la competencia justa. En la actualidad, tenemos nuevas herramientas para acabar con los rescates financieros pagados por los contribuyentes y un nuevo defensor del consumidor que nos proteja de los préstamos y las prácticas crediticias abusivas. Tan solo en el último año, unos diez millones de personas que vivían en Estados Unidos sin seguro médico por fin cuentan con la seguridad de tener cobertura de salud.
 
A cada paso, nos decían que nuestros objetivos no eran correctos o que eran demasiado ambiciosos; que destruiríamos empleos y aumentaríamos el déficit. En lugar de eso, hemos visto el crecimiento económico más rápido en más de una década, el déficit reducido en dos tercios, un aumento del doble en el mercado bursátil y la inflación en atención médica más baja de los últimos cincuenta años.
 
Por lo tanto, el veredicto está claro: La economía de la clase media funciona. Expandir las oportunidades funciona. Y estas políticas seguirán funcionando, siempre que la política no se interponga en su camino.
 
No podemos frenar el crecimiento empresarial ni poner en riesgo nuestra economía con cierres de la administración del gobierno ni confrontaciones fiscales. No podemos arriesgar la seguridad de las familias al quitarles el seguro de salud, ni deshacer las nuevas reglas en Wall Street, ni volver a las mismas luchas del pasado sobre inmigración cuando lo que tenemos que hacer es arreglar el sistema. Y si llega a mi despacho un proyecto de ley que pretenda hacer cualquiera de estas cosas, lo vetaré.
 
Hoy, gracias a una economía en crecimiento, la recuperación está tocando más y más vidas. Los salarios por fin están empezando a aumentar. Sabemos que más pequeños empresarios van a aumentar el sueldo de sus empleados que en cualquier momento desde 2007. Sin embargo, la cuestión es que los que estamos en esta sala esta noche no debemos conformarnos solo con que el gobierno no se convierta en un freno para el progreso que estamos logrando. Debemos hacer más que evitar empeorar. Esta noche, juntos, hagamos más por recuperar la conexión entre el trabajo duro y la creación de oportunidades para todas las personas que viven en Estados Unidos.
Porque las familias como la de Rebekah aún necesitan nuestra ayuda. Ella y Ben trabajan más que nunca, pero tienen que renunciar a las vacaciones y a un automóvil nuevo para poder pagar los préstamos de estudiantes y ahorrar para la jubilación. El cuidado infantil básico para Jack and Henry cuesta más que su hipoteca y casi tanto como un año en la Universidad de Minnesota. Como millones de trabajadores que viven en Estados Unidos, Rebekah no está pidiendo ayuda financiera; pero sí nos pide que busquemos más maneras de ayudar a las familias a salir adelante.
 
De hecho, siempre que hemos presenciado un cambio económico en nuestra historia, este país ha tomado medidas audaces para adaptarse a nuevas circunstancias y para asegurar que todos tengan una oportunidad justa. Creamos protecciones para los trabajadores, el Seguro Social, Medicare y Medicaid para protegernos de la peor adversidad. Les dimos a nuestros ciudadanos escuelas y universidades, infraestructura e Internet, las herramientas que necesitaban para llegar hasta donde los llevaran sus esfuerzos.
 
Eso es lo que significa la economía de la clase media: la idea de que este país va mejor cuando todos tienen una oportunidad justa, todos ponen de su parte y todos siguen las mismas reglas. No solo queremos que todos compartan el éxito de Estados Unidos, queremos que todos contribuyan a nuestro éxito.
 
Entonces, ¿qué necesita la economía de la clase media en nuestros tiempos?
Primero, la economía de la clase media significa ayudar a las familias trabajadoras a sentirse más seguras en un mundo de cambios constantes. Eso significa ayudar a la gente a pagar el cuidado infantil, la universidad, la atención médica, una casa y la jubilación, y mi presupuesto abordará cada uno de estos asuntos, mediante la reducción de impuestos de las familias trabajadoras y la recuperación de miles de dólares en sus bolsillos cada año.
 
Aquí tienen un ejemplo. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando hombres como mi abuelo se fueron a luchar, era muy importante para la seguridad nacional que las mujeres como mi abuela formaran parte de la fuerza laboral; por eso, el país empezó a ofrecer cuidado infantil universal. En nuestra economía actual, cuando tener a ambos padres en la fuerza laboral es una necesidad económica para muchas familias, hace falta tener cuidado infantil asequible de alta calidad más que nunca. No es algo que sea agradable tener. Es algo que necesitamos tener. Es hora de que dejemos de tratar el cuidado infantil como un tema secundario, o un tema de mujeres y lo tratemos como la prioridad económica nacional que es para todos nosotros. Y es por eso que mi plan hará que el cuidado infantil de alta calidad esté más disponible, y sea más asequible, para todas las familias de clase media y de bajos ingresos con niños pequeños en Estados Unidos; con más cupos y un nuevo recorte de impuestos de $3,000 por niño, por año.
 
Aquí tienen otro ejemplo. En la actualidad somos el único país avanzado de la Tierra que no garantiza la licencia pagada por enfermedad ni la licencia pagada por maternidad a nuestros trabajadores y trabajadoras. Cuarenta y tres millones de trabajadores no tienen licencia pagada por enfermedad. Cuarenta y tres millones. Piensen sobre eso. Y que eso obliga a demasiados padres a tomar la decisión difícil de elegir entre un sueldo o quedarse en casa con su hijo enfermo. Por eso voy a tomar una nueva medida para ayudar a los estados a crear sus propias leyes de licencia pagada. Y puesto que la licencia pagada por enfermedad ganó donde se sometió a votación el pasado noviembre, sometámosla a aquí mismo en Washington.
 
Mándenme un proyecto de ley que ofrezca a todos los trabajadores de Estados Unidos la oportunidad de recibir siete días de licencia pagada por enfermedad. Es lo correcto.
Por supuesto, nada ayuda más a las familias a llegar a fin de mes que un aumento de sueldo. Por eso este Congreso aún tiene que aprobar una ley que garantice que la mujer reciba el mismo salario que el hombre cuando hace el mismo trabajo. En serio. Es el año 2015. Ya es hora. Todavía necesitamos garantizar que los trabajadores reciban el tiempo extra que se han ganado. Quiero decirles a todos los miembros de este Congreso que todavía se niegan a aumentar el salario mínimo lo siguiente: Si realmente creen que ustedes serían capaces de trabajar a tiempo completo y mantener una familia con un sueldo anual inferior a $15,000, inténtenlo. Si no, voten para darles a millones de las personas más trabajadoras en Estados Unidos un aumento.
 
Estas ideas no harán que todos sean ricos, ni eliminarán las dificultades para todos. Esa no es la función del gobierno. Para dar a las familias trabajadoras una oportunidad justa, todavía necesitaremos más empresarios que miren más allá de los ingresos del próximo trimestre y que reconozcan que invertir en su fuerza laboral les va a beneficiar a la larga. Todavía necesitamos leyes que refuercen en lugar de debilitar a los sindicatos y que les den voz a los trabajadores en Estados Unidos. Sin embargo, cosas como el cuidado infantil y la licencia por enfermedad pagada y el mismo salario para mujeres y hombres; cosas como primas hipotecarias más bajas y el salario mínimo más alto, estas ideas marcarán una diferencia significativa en las vidas de millones de familias. Eso es un hecho. Y eso es lo que a todos nosotros, republicanos y demócratas por igual, nos han mandado a hacer aquí.
 
Segundo, para asegurar que la gente siga recibiendo sueldos más altos en el futuro, tenemos que hacer más para ayudar a que las personas que viven en Estados Unidos adquieran nuevas habilidades.
Estados Unidos prosperó en el siglo XX porque hicimos que la escuela secundaria fuera gratuita, mandamos a una generación entera de soldados a la universidad y entrenamos a la fuerza de laboral del mundo. Sin embargo, en la economía del siglo XXI que recompensa el conocimiento más que nunca, tenemos que hacer más.
Cuando termine esta década, dos de cada tres ofertas de empleo requerirán al menos algún nivel de educación superior. Dos de cada tres. Y aún así, vivimos en un país donde hay demasiadas personas inteligentes y que se esfuerzan que no pueden conseguir la educación que necesitan porque no se lo pueden permitir. No es justo para ellos y no es inteligente para nuestro futuro.
Por eso voy a mandarle al Congreso un nuevo y audaz plan para reducir el costo de los colegios comunitarios a cero.
El cuarenta por ciento de nuestros estudiantes universitarios eligen un colegio comunitario. Algunos son jóvenes y acaban de empezar. Otros son mayores y buscan un empleo mejor. Algunos son veteranos y padres solteros que intentan volver al mercado laboral. Quienquiera que sea usted, este plan es su oportunidad para graduarse preparado para la nueva economía, sin una gran deuda a sus espaldas. Tiene que entender que tiene que ganárselo, tendrá que mantener sus notas altas y graduarse a tiempo. Tennessee, un estado con un liderazgo republicano, y Chicago, una ciudad con un liderazgo demócrata, nos enseñan que los colegios comunitarios gratis son posibles. Quiero ver esa idea extenderse en todo Estados Unidos, para que dos años de estudios en colegios comunitarios sean gratuitos y universales en Estados Unidos como la educación secundaria lo es en la actualidad. Y quiero trabajar con este Congreso, para asegurarnos de que aquellos abrumados con la carga de préstamos estudiantes puedan reducir sus pagos mensuales, para que la deuda de estudiante no haga que nadie arruine sus sueños.
 
Gracias al gran trabajo del Vicepresidente Biden de actualizar nuestro sistema de capacitación laboral, estamos conectando los colegios comunitarios con empresarios locales para adiestrar a trabajadores para ocupar puestos de trabajo altamente remunerados como codificación, enfermería y robótica. Esta noche también les pido a más empresas que sigan el ejemplo de compañías como CVS y UPS, y que ofrezcan más beneficios educativos y prácticas pagadas; oportunidades que permiten a los trabajadores tener acceso a puestos de trabajo mejor pagados incluso si no han cursado una educación superior.
 
Y ahora que una nueva generación de veteranos vuelve a casa, les debemos todas las oportunidades posibles para vivir el Sueño Americano que ayudaron a defender. Ya hemos conseguido mucho por garantizar que todos los veteranos tengan acceso a los mejores servicios. Estamos reduciendo la lista de casos pendientes que tenía a demasiados veteranos esperando meses, si no años, para recibir los beneficios que necesitan, y estamos haciendo que sea más sencillo para los veteranos convertir su adiestramiento y experiencia en empleos civiles. Joining Forces, la campaña nacional lanzada por Michelle y Jill Biden, por ahora ha ayudado a casi 700,000 veteranos y cónyuges militares a conseguir nuevos trabajos. A cada director general de Estados Unidos, déjenme repetirles: Si quieren contratar a alguien que sin duda haga el trabajo, contraten a un veterano.
 
Por último, a medida que capacitamos mejor a nuestros trabajadores, también necesitamos que la nueva economía continúe creando puestos de trabajo altamente remunerados para que los ocupen nuestros trabajadores.
 
Desde el 2010, Estados Unidos ha creado más puestos de trabajo que Europa, Japón y todas las demás economías avanzadas juntas. Nuestros fabricantes han agregado casi 800,000 empleos nuevos. Algunos de nuestros sectores fundamentales, como nuestra industria automotriz, están en auge. Pero también hay millones de personas que viven en Estados Unidos que tienen trabajos que ni siquiera existían hace diez o veinte años: trabajos en empresas como Google, eBay y Tesla.
 
Por lo que nadie sabe con certeza cuáles serán las industrias que generarán puestos de trabajo en el futuro. Pero sabemos que los queremos aquí en Estados Unidos. Es por ello que la tercera parte del progreso económico de la clase media consiste en crear la economía más competitiva del mundo, el lugar donde las empresas querrán ubicarse y contratar.
 
Las empresas del siglo XXI necesitan una infraestructura del siglo XXI: puertos modernos, puentes más sólidos, trenes más veloces e Internet más rápido. Los demócratas y los republicanos solían estar de acuerdo en esto. Así que pongamos la mira en algo más ambicioso que un simple oleoducto. Aprobemos un plan de infraestructuras bipartidista que tenga el potencial de multiplicar por más de treinta los puestos de trabajo creados por año y de hacer que este país sea más fuerte durante las décadas venideras.
 
Las empresas del siglo XXI, incluidas las pequeñas empresas, tienen que vender más productos de Estados Unidos en el extranjero. En la actualidad, nuestras empresas exportan más que nunca y los exportadores tienden a pagar mejores salarios a sus trabajadores. Pero al mismo tiempo, China desea establecer las reglas de la región con el crecimiento más rápido del mundo. Eso pondría a nuestros trabajadores y nuestras empresas en desventaja. ¿Por qué deberíamos dejar que eso ocurra? Somos nosotros quienes deberíamos establecer esas reglas. Somos nosotros quienes deberíamos fijar condiciones equitativas. Por ello, les pido a ambos partidos que me otorguen la autoridad de promoción comercial a fin de proteger a los trabajadores que viven en Estados Unidos y celebrar nuevos tratados comerciales sólidos con países de Asia a Europa que no solo sean de libre comercio sino que también promuevan un comercio justo.
Miren, yo soy el primero en admitir que los tratados comerciales anteriores no han cumplido siempre con las expectativas y por eso hemos ido a por los países que rompen las reglas a nuestra costa. Pero el 95 por ciento de los consumidores del mundo viven fuera de nuestras fronteras y no podemos renunciar a esas oportunidades. Más de la mitad de los ejecutivos del sector manufacturero han expresado que están estudiando de forma activa cómo traer empleos de vuelta desde China. Démosles otra razón más para hacerlo.
 
Las empresas del siglo XXI dependerán de la ciencia, la tecnología, la investigación y el desarrollo que se realice en Estados Unidos. Quiero que el país que eliminó la poliomielitis y mapeó el genoma humano dé pie a una nueva era en el campo de la medicina: un país que sea capaz de prestar el tratamiento adecuado en el momento correcto. En algunos pacientes con fibrosis quística, este enfoque ha servido para revertir una enfermedad que se creía incontenible. Esta noche, voy a lanzar una Iniciativa de medicina de precisión que nos acercará más a curar enfermedades como el cáncer y la diabetes, y que nos dará a todos acceso a la información personalizada que precisamos para cuidar mejor nuestra salud y la de nuestras familias.
 
Tengo la intención de proteger un Internet libre y abierto, ampliar su alcance a todas las aulas y a todas las comunidades, y ayudar a los especialistas a construir redes más rápidas, para que la próxima generación de innovadores y emprendedores digitales tengan la plataforma para seguir transformando nuestro mundo.
 
Quiero que las personas que viven en Estados Unidos ganen la carrera en pos de los descubrimientos que crearán toda una serie de trabajos nuevos: convirtamos la luz solar en combustible líquido, creemos prótesis revolucionarias para que un veterano que dio sus brazos por este país pueda jugar al béisbol otra vez con su hijo, exploremos los confines del sistema solar no simplemente para visitarlos sino para quedarnos. El mes pasado, lanzamos una nueva astronave como parte del flamante programa espacial que va a llevar a astronautas estadounidenses a Marte. Dentro de dos meses, a fin de prepararnos para dichas misiones, Scott Kelly realizará una estancia de un año en el espacio. Buena suerte, Capitán Kelly, y asegúrese de compartir sus aventuras con todos nosotros por Instagram.
 
Ahora, la verdad es que cuando se trata de temas como la infraestructura y la investigación básica, sé que tenemos el apoyo bipartidista en esta cámara. Me lo han comunicado miembros de ambos partidos. Sin embargo, solemos toparnos demasiado a menudo con dificultades insalvables cuando intentamos decidir cómo pagar esas inversiones. Las personas que vivimos en Estados Unidos no estamos en contra de pagar la parte de los impuestos que nos corresponde siempre que los demás también lo hagan. Pero durante demasiado tiempo, los cabilderos han amañado el código fiscal con lagunas tributarias que permiten que ciertas corporaciones no paguen nada mientras los demás pagan toda la carga. Lo han plagado de concesiones que los super ricos no necesitan y han negado un recorte a las familias de clase media que sí lo necesitan.
 
Este año tenemos una oportunidad de cambiar todo esto. Cerremos las lagunas tributarias para dejar de recompensar a las empresas que mantienen las ganancias en el extranjero y premiar a aquellas que invierten en Estados Unidos. Usemos esos ahorros para reconstruir nuestra infraestructura a fin de atraer a las empresas para que traigan los empleos de vuelta a casa. Simplifiquemos el sistema y dejemos que los propietarios de las pequeñas empresas hagan su declaración con base en sus estados de cuenta bancarios reales, en vez de la cantidad de contadores que se puedan permitir. Y cerremos las lagunas tributarias que fomentan la desigualdad al permitir que el uno por ciento más rico evite pagar impuestos sobre su riqueza acumulada. Podemos usar ese dinero para ayudar a más familias a pagar sus gastos de cuidado infantil y enviar a sus hijos a la universidad. Necesitamos un código fiscal que ayude realmente a los trabajadores que viven en Estados Unidos a progresar en la nueva economía, y podemos lograrlo juntos.
 
Ayudemos a las familias trabajadoras a llegar a fin de mes sin dificultades. Démosles las herramientas que necesitan para conseguir empleos bien remunerados en esta nueva economía. Mantengamos las condiciones que fomentan el crecimiento y la competitividad. Ese es el rumbo que debe tomar Estados Unidos. Estoy convencido de que es el rumbo que quieren tomar las personas que viven en Estados Unidos. Es el rumbo que hará que nuestra economía sea más fuerte de aquí a un año, dentro de quince años y bien entrado el siglo.
 
Por supuesto, si hay algo que nos ha enseñado este siglo es que no podemos separar el trabajo que debemos realizar aquí de los desafíos que tenemos más allá de nuestras fronteras.
 
Mi primer deber como Comandante en Jefe es defender a Estados Unidos de América. En esa capacidad la pregunta no es si Estados Unidos lidera el mundo, sino cómo lo hace. Cuando tomamos decisiones apresuradas y reaccionamos ante los titulares en vez de usar nuestra cabeza, cuando la primera respuesta ante un desafío es enviar a nuestras fuerzas armadas, corremos el riesgo de ser arrastrados a pelear en conflictos innecesarios y le damos la espalda a la estrategia de más amplio prospecto que necesitamos para tener un mundo más seguro y próspero. Eso es lo que nuestros enemigos quieren que hagamos.
 
Yo creo en un liderazgo estadounidense más inteligente. Lideramos mejor cuando combinamos nuestro dominio militar con una estrategia diplomática sólida, cuando utilizamos nuestro poder para formar alianzas internacionales, cuando no dejamos que nuestros temores nos cieguen y nos impidan ver las oportunidades que nos presenta este nuevo siglo. Esto es exactamente lo que estamos haciendo ahora mismo, y está marcando la diferencia alrededor del mundo.
 
En primer lugar, nos mantenemos unidos en solidaridad con las personas de todo el mundo que han sido atacadas por los terroristas, desde una escuela en Pakistán hasta las calles de París. Seguiremos persiguiendo y acabando con los terroristas, además de desmantelar sus redes y nos reservamos el derecho de actuar unilateralmente, como hemos hecho sin cesar desde que asumí mi cargo para eliminar a los terroristas que representan una amenaza directa para nosotros y nuestros aliados.
 
Al mismo tiempo, en los últimos trece años hemos aprendido algunas lecciones costosas.
En lugar de tener patrullas americanas en los valles de Afganistán, hemos entrenado a sus fuerzas de seguridad, que ahora se encuentran a cargo, y hemos honrado el sacrificio de nuestras tropas con el apoyo la primera transición democrática de ese país. En lugar de enviar a un gran número de fuerzas armadas al extranjero, vamos a formar alianzas con países del sur de Asia al norte de África para denegar a los terroristas que amenazan a Estados Unidos un lugar para refugiarse.
 
En Irak y Siria, el liderazgo estadounidense, que incluye nuestro poder militar, está parando el avance de ISIS. En lugar de vernos arrastrados a otra guerra terrestre en Oriente Medio, estamos liderando una amplia coalición que incluye a las naciones árabes para degradar y, en última instancia, destruir a este grupo terrorista. También estamos apoyando una oposición moderada en Siria que nos pueda ayudar con estos esfuerzos a nivel mundial para asistir a la gente que se alza contra la ideología sin fundamento del extremismo violento. Este esfuerzo va a requerir tiempo. Y va a requerir concentración. Pero triunfaremos. Y esta noche le pido al Congreso que le muestre al mundo que estamos unidos en esta misión y que apruebe una resolución que autorice el uso de la fuerza contra ISIS.
 
En segundo lugar, estamos demostrando el poder de la diplomacia y la fuerza estadounidenses. Estamos defendiendo el principio de que las naciones grandes no pueden intimidar a las pequeñas: es lo que hemos hecho al oponernos a la agresión rusa, respaldar la democracia en Ucrania y tranquilizar a nuestros aliados de la OTAN. El año pasado, mientras realizábamos el difícil trabajo de imponer sanciones junto con nuestros aliados, algunos sugirieron que la agresión del Sr. Putin era una exhibición magistral de estrategia y fuerza. Bueno, lo cierto es que quien se mantiene hoy fuerte y unida a nuestros aliados es Estados Unidos, mientras que Rusia está aislada y con una economía en ruinas. Es así como Estados Unidos lidera: no con fanfarronadas, sino con determinación persistente y constante.
 
En Cuba, estamos poniendo fin a una política que debería haber terminado hace tiempo. Cuando uno hace algo que no funciona durante cincuenta años, es hora de probar algo nuevo. Nuestro cambio de política en relación con Cuba tiene el potencial de poner punto final a un legado de falta de confianza en nuestro hemisferio; desmorona una excusa ficticia para imponer restricciones en Cuba; defiende los valores democráticos; y extiende una mano de amistad al pueblo cubano. Y este año, el Congreso debería iniciar el trabajo de poner fin al embargo. Como dijo Su Santidad, el Papa Francisco, la diplomacia es un trabajo de "pequeños pasos". Y estos pequeños pasos han ido sumándose para dar una nueva esperanza al futuro de Cuba. Después de pasar años en prisión, el hecho de que Alan Gross esté de nuevo entre nosotros nos llena de dicha: bienvenido a casa, Alan.
 
Nuestra diplomacia está funcionando en Irán, donde por primera vez en una década hemos detenido el progreso de su programa nuclear y reducido sus reservas de materiales nucleares. Entre ahora y esta primavera, tenemos la oportunidad de negociar un acuerdo exhaustivo que servirá para prevenir el surgimiento de un Irán con armas nucleares y garantizar la seguridad de Estados Unidos y sus aliados, entre los que se encuentra Israel, a la vez que evitará otro conflicto armado en Oriente Medio. No hay ninguna garantía de que las negociaciones tendrán éxito, y mantendré todas las opciones sobre la mesa para prevenir que Irán tenga armas nucleares. Sin embargo, si este Congreso aprueba nuevas sanciones en este preciso momento, se producirá ni más ni menos que el fracaso de los esfuerzos diplomáticos: estas medidas distanciarían a Estados Unidos de sus aliados y asegurarían que Irán volviese a iniciar su programa nuclear. No tiene sentido. Por esa razón, vetaré cualquier proyecto de ley que imponga nuevas sanciones y ponga en peligro nuestro progreso. Las personas que viven en Estados Unidos esperan que entremos en guerra solo como recurso de última instancia y tengo la intención de mantenerme fiel a esa sabiduría.
 
En tercer lugar, para dar forma al nuevo siglo estamos poniendo la mira más allá de los temas que nos han mantenido ocupados en el pasado.
Ningún país extranjero, ningún hacker, debería ser capaz de paralizar nuestras redes, robar nuestros secretos comerciales o invadir la privacidad de las familias estadounidenses, en especial la de nuestros niños. Nos vamos a asegurar de que nuestro gobierno integre los datos de inteligencia para combatir las ciberamenazas al igual que hemos hecho para combatir el terrorismo. Y esta noche exhorto al Congreso a que apruebe finalmente la legislación que necesitamos para hacer frente mejor a las cambiantes amenazas que presentan los ciberataques, combatir el robo de identidad y proteger la seguridad de la información de nuestros niños. Si no actuamos, dejaremos a nuestra nación y a nuestra economía en una situación vulnerable. Si lo hacemos, podremos seguir protegiendo los avances tecnológicos que han creado incontables oportunidades para personas de todo el mundo.
 
En África Occidental, nuestras tropas, nuestros científicos, nuestros médicos, nuestros enfermeros y profesionales médicos están revirtiendo el ébola, salvando innumerables vidas e impidiendo la propagación de la enfermedad. No podría sentirme más orgulloso de ellos, y le doy las gracias a este Congreso por el respaldo bipartidista otorgado a sus esfuerzos. Pero resta mucho por hacer y el mundo tiene que aprender de esta lección para crear una iniciativa global más eficaz a fin de prevenir la propagación de futuras pandemias, invertir en desarrollo inteligente y erradicar la pobreza extrema.
 
En la región Asia-Pacífico, estamos modernizando nuestras alianzas mientras nos aseguramos de que las demás naciones cumplan con las reglas al realizar operaciones de comercio internacional, resolver disputas marítimas y participar en desafíos internacionales comunes como la no proliferación y la prestación de ayuda ante desastres naturales. Y no hay ningún desafío, ningún desafío, que presente una amenaza mayor a las generaciones futuras que el cambio climático.
 
El año 2014 fue el más caluroso que se ha registrado en la historia de nuestro planeta. Y sé que un año no sirve para indicar una tendencia, pero esto sí sirve: 14 de los 15 años más calurosos registrados en la historia se encuentran todos en los primeros 15 años de este siglo.
He oído a gente que intenta evitar las pruebas al decir que no son científicos; que no tenemos suficiente información para actuar. Bueno, yo tampoco soy científico. ¿Pero saben qué? Conozco a muchos científicos fabulosos en la NASA, en la NOAA y en nuestras mejores universidades y todos los mejores científicos del mundo nos están diciendo que si nuestras acciones están cambiando el clima y si no actuamos contundentemente, seguiremos viendo subidas en el nivel de los océanos, olas de calor más largas y calurosas, sequías e inundaciones peligrosas y otras alteraciones masivas del clima que podrán generar más movimiento migratorio, enfrentamientos y hambre alrededor del mundo.
 
El Pentágono dice que el cambio climático supone riesgos inmediatos a nuestra seguridad nacional. Deberíamos actuar como si así fuera.
Es por eso que en los últimos seis años hemos hecho más que nunca para combatir el cambio climático, desde la forma en la que producimos energía hasta la manera en la que la consumimos. Es por eso que hemos reservado más tierras y aguas de dominio público que en ninguna otra administración de la historia. Y es por eso que no dejaremos que este Congreso ponga en peligro la salud de nuestros niños y nos haga retroceder al revertir nuestros esfuerzos. Estoy decidido a garantizar que el liderazgo estadounidense impulse las acciones a nivel internacional. En Pekín, hicimos un anuncio histórico: Estados Unidos duplicará el ritmo de reducción de nuestra polución de carbono y China se comprometió por primera vez a limitar sus emisiones. Y porque las dos economías más grandes del mundo aunaron esfuerzos, otros países ahora están dando un paso al frente y dan esperanzas de que este año, por fin, las naciones del mundo lleguen a un acuerdo para proteger el único planeta que tenemos.
 
Hay un último pilar fundamental de nuestro liderazgo: el ejemplo de nuestros valores.
Las personas que vivimos en Estados Unidos respetamos la dignidad humana, incluso cuando nos vemos amenazados; es por eso que he prohibido la tortura y trabajado para garantizar que el uso que hacemos de las nuevas tecnologías, como los drones, se limite debidamente. Es por eso que nos manifestamos en contra del deplorable antisemitismo que ha resurgido en ciertas partes del mundo. Es por eso que continuamos rechazando los estereotipos ofensivos sobre los musulmanes: la mayoría de quienes comparten nuestro compromiso con la paz. Es justamente por eso que defendemos la libertad de expresión y abogamos por la liberación de los presos políticos, condenamos la persecución de las mujeres o de las minorías religiosas, o de las personas que son lesbianas, homosexuales, bisexuales o transexuales. Hacemos todo esto no solamente porque es lo correcto, sino también porque acrecienta nuestra seguridad nacional.
Todas las personas que vivimos en Estados Unidos tenemos un compromiso profundo con la justicia, por lo que no tiene ningún sentido gastar tres millones de dólares por prisionero para mantener abierta una prisión que el mundo condena y los terroristas usan para reclutar. Desde que asumí el cargo de Presidente, hemos trabajado de forma responsable para reducir la población de Guantánamo a la mitad. Y ha llegado la hora de finalizar el trabajo. Estoy determinado y no desistiré hasta que cerremos la prisión. Nosotros no somos así.
 
Las personas que vivimos en Estados Unidos apreciamos nuestras libertades civiles y debemos mantener ese compromiso si queremos la máxima cooperación de otros países y sectores en nuestra lucha contra las redes terroristas. Así que a pesar de que algunos ya se han distanciado de los debates sobre nuestros programas de vigilancia, yo no lo he hecho. De acuerdo con lo prometido, nuestras agencias de inteligencia han trabajado arduamente para incrementar la transparencia y crear más salvaguardas contra posibles abusos, todo ello teniendo en cuenta las recomendaciones de los defensores de la privacidad. Y el mes que viene publicaremos un informe sobre lo que estamos haciendo para cumplir nuestra promesa de mantener seguro a nuestro país mientras fortalecemos la privacidad.
 
Estamos mirando al futuro en vez de al pasado. Estamos asegurándonos de que nuestra fuerza tenga un peso equivalente al de nuestra diplomacia, y de que usamos la fuerza inteligentemente. Estamos formando coaliciones para enfrentarnos a nuevos desafíos y oportunidades. Y estamos liderando con el ejemplo de nuestros valores. Siempre. Eso es lo que hace que seamos excepcionales. Es lo que nos mantiene fuertes y esa es la razón por la que siempre tenemos que seguir esforzándonos en comportarnos de acuerdo con los principios más elevados: los nuestros.
Saben, hace poco más de una década, pronuncié un discurso en Boston en el que dije que no éramos los estados liberales de América, ni los estados conservadores de América, ni los estados negros de América, ni los estados blancos de América, sino los Estados Unidos de América. Dije eso porque fue lo que experimenté en mi propia vida, en una nación que le dio a alguien como yo una oportunidad; porque crecí en Hawái, un crisol de razas y tradiciones; porque luego formé mi hogar en Illinois, un estado de pueblos pequeños, tierras ricas para la agricultura y con una de las mejores ciudades del mundo: un microcosmos del país, donde los demócratas, republicanos e independientes, personas decentes de todos los orígenes étnicos y de todas las religiones comparten ciertos valores fundamentales.
 
En los últimos seis años, los expertos han señalado en más de una ocasión que mi presidencia no ha dado resultados sobre la base de esta visión. Qué irónico, dicen, que nuestra política parezca estar más dividida que nunca. Esto se presenta como prueba no solo de mis propios fallos, de los cuales tengo muchos, sino también como prueba de que la propia visión es errónea e inocente y de que en esta ciudad hay demasiada gente que de hecho se beneficia del partidismo y de la paralización gubernamental para que hagamos nunca nada al respecto.
Sé que este tipo de cinismo es tentador. Pero sigo creyendo que los cínicos están equivocados.
Sigo creyendo que somos un pueblo unido. Sigo creyendo que, juntos, podemos hacer grandes cosas, incluso cuando las probabilidades no juegan a nuestro favor. Creo en ello porque he visto una y otra vez, en mis seis años ocupando mi cargo, la mejor versión de Estados Unidos. He visto las caras llenas de esperanza de jóvenes graduados de Nueva York a California, y nuestros oficiales más nuevos de West Point, Annapolis, Colorado Springs y New London. He estado de luto junto a las familias en duelo de Tucson y Newtown, y en Boston, Texas y West Virginia. He sido testigo de cómo las personas que viven en Estados Unidos se enfrentan a la adversidad, desde el Golfo de México a las Grandes Llanuras, desde las líneas de montaje del Medio Oeste a la costa del Atlántico Medio. He visto cómo el matrimonio entre homosexuales ha pasado de ser un tema polémico que solía usarse para separarnos a una historia de libertad en todo nuestro país, y ahora es un derecho civil en estados donde vive el setenta por ciento de la población estadounidense. Conozco la generosidad, el gran corazón, el optimismo y la bondad de las personas que viven en Estados Unidos que, día tras día, dan vida a la idea de que somos los guardianes de nuestros hermanos y nuestras hermanas. Y sé que esperan que aquellos de nosotros que trabajamos como funcionarios públicos aquí demos un mejor ejemplo.
 
Así que la pregunta que los aquí presentes esta noche debemos hacernos es qué podemos hacer, todos nosotros, para reflejar mejor las esperanzas de Estados Unidos. He servido en el Congreso con muchos de ustedes. Conozco bien a muchos de los aquí presentes. Hay mucha gente buena aquí, a ambos lados del pasillo. Y muchos de ustedes me han dicho que no vinieron aquí para esto: no vinieron para participar en una procesión de discusiones en programas de televisión por cable, para estar recaudando fondos constantemente, siempre alerta para ver cómo reacciona el Congreso ante cada decisión.
¿Se imaginan si rompiéramos con esos patrones viejos y anticuados? ¿Se imaginan si hiciéramos algo diferente?
 
Que quede claro: una política mejor no requiere los demócratas abandonen su programa político ni en el que los republicanos simplemente tengan que aceptar mi programa con los brazos abiertos. Una política mejor requiere que apelemos a la decencia básica el uno del otro en vez de apelar a nuestros temores más elementales. Una política mejor requiere que debatamos sin demonizar el uno al otro, que hablemos de temas importantes, de valores y de principios y de hechos, en vez de las metidas de pata insustanciales, errores triviales o falsas controversias que no tienen nada que ver con la vida diaria de las personas. Una política mejor requiere que pasemos menos tiempo sumergidos en dinero turbio para anuncios de campañas sucias y que dediquemos más tiempo a inspirar a los jóvenes, motivándolos, mostrándoles las posibilidades y pidiéndoles que se unan a nosotros en la gran misión de construir Estados Unidos.
 
Si vamos a tener discusiones, discutamos. Pero hagamos que sean debates que estén a la altura de esta cámara y de este país.
Es posible que todavía no estemos de acuerdo en cuanto al derecho de las mujeres a decidir sobre su maternidad, pero seguramente podemos coincidir en que es bueno que los embarazos de adolescentes y los abortos estén cerca de los niveles históricos más bajos y que cada mujer debería poder tener acceso al tipo de atención médica que necesita.
 
Sí, el tema de la inmigración todavía levanta pasiones, pero seguramente todos podemos reconocer algo de nosotros mismos en un perseverante estudiante joven y estar de acuerdo en que nadie se beneficia cuando se separa a una madre trabajadora de su hijo, y que es posible mejorar una ley que confirme nuestra tradición como una nación de leyes y una nación de inmigrantes.
 
Podemos pelear por los votos durante las campañas electorales, pero seguramente podemos ponernos de acuerdo en que el derecho al voto es sagrado y que se le está negando a demasiadas personas; y, además, en el 50. º Aniversario de la gran manifestación desde Selma hasta Montgomery y la aprobación de la Ley de Derecho al Voto, demócratas y republicanos debemos unirnos para hacer que votar sea más fácil para todos los estadounidenses.
 
Es posible que veamos con ojos distintos los eventos de Ferguson y Nueva York. Pero seguramente podemos entender a un padre que tiene miedo de que su hijo no pueda caminar hasta su propia casa sin ser acosado. Seguramente podemos entender a la mujer que no puede descansar tranquila hasta que el oficial de policía con el que se casó no cruza la puerta de su hogar al final de su turno. Seguramente podemos ponernos de acuerdo en que es bueno que, por primera vez en 40 años, el índice de criminalidad y la tasa de encarcelamiento hayan disminuido a la vez, y podemos usar esto como un punto de partida para que demócratas y republicanos, junto con los líderes comunitarios y los cuerpos de seguridad, reformemos el sistema de justicia penal de Estados Unidos para que nos proteja y nos sirva a todos.
Eso es una política mejor. Así es como comenzamos a recobrar la confianza. Así es como trabajamos para que nuestro país avance. Esto es lo que quieren las personas que viven en Estados Unidos. Esto es lo que merecen.
 
Ya no tengo que realizar ninguna campaña política. Mi único programa para los próximos dos años es el mismo que he tenido desde el día en que presté juramento en los escalones de este Capitolio: hacer lo que creo que es mejor para Estados Unidos. Si comparten la visión que les he planteado esta noche, únanse a mí para realizar el trabajo necesario. Si están en desacuerdo con parte de lo que he dicho, espero que por lo menos estén dispuestos a trabajar conmigo en los temas en los que concordamos. Y me comprometo con todos los republicanos presentes esta noche a que no solo pediré sus ideas, sino que procuraré trabajar con ustedes para hacer este país más fuerte.
 
Porque quiero que esta cámara, esta ciudad, reflejen algo que es verdad: que, a pesar de todos nuestros desaciertos y limitaciones, somos personas con la fuerza y la generosidad de espíritu suficiente para tender un puente, unirnos para realizar un esfuerzo colectivo y ayudar a nuestros vecinos, tanto en nuestra misma calle como al otro lado del mundo.
Quiero que nuestras acciones le digan lo siguiente a cada niño en cada vecindario: tu vida es importante, y estamos comprometidos a mejorar tus oportunidades en la vida como lo estamos con nuestros propios hijos.
 
Quiero que las generaciones futuras sepan que somos personas que ven nuestras diferencias como un gran don, que somos un pueblo que valora la dignidad y la importancia de cada ciudadano: hombres y mujeres, jóvenes y mayores, negros y blancos, latinos y asiáticos, inmigrantes e indios americanos, homosexuales y heterosexuales, personas con enfermedades mentales o discapacidades físicas. Quiero que crezcan en un país que le demuestre al mundo lo que aún sabemos que es verdad: que seguimos siendo más que un conjunto de estados rojos y estados azules; que somos Estados Unidos de América.
 
Quiero que crezcan en un país donde una joven madre como Rebekah se pueda sentar a escribirle una carta a su Presidente contándole sus vivencias de los últimos seis años:
"Es increíble cómo somos capaces de recuperarnos cuando lo necesitamos... somos una familia fuerte y muy unida que ha superado momentos extremadamente difíciles".
 
Conciudadanos, nosotros también somos una familia fuerte y muy unida. También nosotros hemos superado momentos difíciles. Tras quince años del inicio de este nuevo siglo, nos hemos levantado, nos hemos sacudido el polvo de las solapas y hemos comenzado a trabajar otra vez para reconstruir Estados Unidos. Hemos sentado las bases de una nueva era. Crear un futuro más brillante depende de nosotros. Iniciemos este nuevo capítulo juntos, y comencemos a trabajar ahora mismo.
 
Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a este país que tanto amamos.
 

domingo, 18 de enero de 2015

Los cubanos corren a buscar remesas, en el primer día de alivio al embargo

Nueva medidas.  La gente hacía fila y celebraba en La Habana en los locales de Western Union, esperando recibir más cantidad de divisas desde Miami. El gobierno de la isla estimó que aun queda un largo camino por recorrer.
Las banderas de Cuba y EE.UU. asoman en un clásico auto norteamericana en La Habana, el dÍa en que entra en vigor la flexibilización del embargo./AP

Tal como se anunció el jueves, este viernes entraron en vigor las medidas que flexibilizan por primera vez en 50 años el pesado embargo norteamericano sobre Cuba. Y el cambio se hizo visible con los cubanos haciendo colas en una agencia de giros internacionales en La Habana Vieja, al parecer felices con las nuevas regulaciones estadounidenses, pues tienen impacto directo en sus bolsillos. El gobierno de la isla en tanto, consideró que no es suficiente.

Las medidas permiten más viajes de estadounidenses a la isla antes prohibidos so pena de fuertes multas, el uso de tarjetas de crédito y débito, autoriza a las líneas aéreas realizar vuelos y contratar servicios y levanta el volumen de las remesas trimestrales que familiares pueden enviar a la nación caribeña de 500 a 2.000 dólares.

Además permite a los visitantes de Estados Unidos llevar productos cubanos y recuerdos y la exportación desde el vecino país de materiales de la construcción, insumos y tecnología.
Un jubilado que hacía la cola en La Habana, Julio Montalvi, celebró la decisión del presidente Barack Obama. "Ha sido muy positiva. Va a ser beneficioso a nuestros dos pueblos", se entusiasmó.
"Para mí (estas normas) serán positivas para tener un poquito de mejoría socialmente, económicamente", se sumó Pedro Rodríguez Medel, bailarín de 25 años, mientras esperaba entrar al local de 'Western Union', única empresa con licencia para transferir dinero desde Estados Unidos a Cuba.

Los usuarios, que hacían fila en la vereda, no quisieron revelar los montos que recibirían. Sin embargo, la ayuda de sus parientes en Estados Unidos es vital, pues los salarios cubanos -de 20 dólares al mes en promedio- son insuficientes para las necesidades de una familia.
"Llevamos muchos años esperando y nada malo puede suceder; todo lo malo ya lo hemos pasado, así que ahora hay expectativas de que todo va a ser bueno", dijo una mujer en la fila que declinó dar su nombre.

Más de 220 locales tiene Western Union en 140 de los 168 municipios de Cuba, y entregan los giros en pesos convertibles, que tienen paridad con el dólar, menos un descuento del 10% en impuestos. Las remesas familiares, por 2.700 millones de dólares al año, son la segunda fuente de divisas de la isla, detrás de la venta de servicios médicos, por 11.000 millones, y por encima del turismo, con 2.500 millones. Quienes también celebran los estadounidenes, felices de viajar a la isla y volver a casa con habanos y ron made in Cuba. Antes, todo producto cubano era confiscado en la aduana norteamericana.

"Todo lo que acerque a nuestros dos países es maravilloso (...). Espero que nos convirtamos en estrechos amigos de Cuba, así como lo somos de Canadá", dijo  Salomon Schepps, un abogado de Nueva York de visita en la isla.
"Cuando escuché la noticia fue grandioso y quiero llevarme algunos habanos de vuelta si puedo, y quizás un poco de ron", indicó su hijo Danny Schepps, estudiante de psicología de 22 años.
Comentarios realizados por la oficial Agencia de Información Nacional y publicados en Granma fueron las primeras reacciones por parte de la isla a las medidas anunciadas por Obama y que constituyen la más amplia flexibilización por parte de Washington desde la década del 60.

"Las medidas anunciadas constituyen un paso en la dirección correcta, pero aún queda un largo camino que recorrer para desmontar muchos otros aspectos del bloqueo económico, comercial y financiero mediante el uso de las prerrogativas ejecutivas del presidente y para que el Congreso de Estados Unidos ponga fin a esta política de una vez'', indicó la Agencia.
Castro y Obama decidieron, en un acuerdo anunciado en diciembre, tender un puente tras cinco décadas de hostilidades que empezaron tras el triunfo de la revolución cubana encabezada por el ex mandatario Fidel Castro en 1959.

El entramado de sanciones impuesto por Washington impedía a Cuba obtener productos norteamericanos -salvo alimentos-, tener acceso al crédito o vender sus productos en ese país. También sancionaba a los empresarios de otros países que comerciaran con la isla.
Según el texto de la Agencia "continúan prohibidas las exportaciones de productos cubanos al mercado estadounidense'' con excepción de los 400 dólares en recuerdos que pueden llevar los visitantes que regresen a la vecina nación.

"Las telecomunicaciones fueron abordadas con amplitud en las regulaciones, en correspondencia con los objetivos de la política de Estados Unidos de tratar de incrementar su influencia en la sociedad cubana. Sobre esta base, al sector de las info-comunicaciones es al único que se le autoriza hacer inversiones en infraestructura y vender a empresas del Estado servicios'', criticó la Agencia. Y agregó que "aspectos medulares de la política de bloqueo que afectan a Cuba no fueron modificados''.
(Fuente: agencias)

(Fuente:  http://www.clarin.com/mundo/Alivio-embargo-EE-UU-Cuba-cubanos-hacen-cola-para-buscar-remesas_0_1286271752.html  y selección de  Patric)

jueves, 15 de enero de 2015

Utilizan republicanos a migrantes en primer ataque contra Obama

Por  David Brooks, corresponsal
 

Nueva York. El nuevo Congreso bajo dominio republicano lanzó su primer ataque contra la Casa Blanca usando a inmigrantes como munición al aprobar medidas para anular las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama para proteger temporalmente a indocumentados de la deportación.

Las medidas no solo anulan la orden ejecutiva de diferir deportaciones para entre 4 y 5 millones (aproximadamente dos tercios mexicanos) de indocumentados, sino desmantelan la orden anteriormente otorgada por la Casa Blanca en 2012 para proteger de la deportación a más de 500 mil indocumentados que llegaron aquí como menores de edad, los llamados “dreamers”.

Como parte del ajedrez político, las medidas formuladas por los republicanos de la Cámara de Representantes fueron enganchadas como enmiendas a un proyecto de ley sobre el presupuesto del Departamento de Seguridad Interna, el cual está encargado no sólo de asuntos de inmigración, sino de los programas antiterroristas al interior del país, incluyendo protección de fronteras, costas e infraestructura, y cuyo financiamiento actual expira a fines de febrero. Por lo tanto su aprobación se considera urgente –o sea, la jugada es atrever a Obama a que ponga en riesgo la seguridad a cambio de su protección de inmigrantes.

Sin embargo, el proyecto de ley, junto con las enmiendas, aún tiene que ser aprobado por el Senado, el cual, aun con su nueva mayoría republicana, podría no lograr reunir los 60 votos necesarios. A la vez, algunos republicanos, ya con vistas a la coyuntura de las elecciones presidenciales de 2016, no comparten la visión anti inmigrante  de sus colegas en la Cámara de Representantes. A la vez, el argumento que algunos están usando es que no se trata de inmigrantes, sino de un abuso del poder ejecutivo en girar órdenes sobre políticas que no son autorizadas por el poder Legislativo.

Mientras tanto, estrategas de la Casa Blanca han indicado que, si prospera en el Senado, el presidente frenará el proyecto de ley con su veto, si éste llega con las enmiendas.

Cecilia Muñoz, asesora presidencial sobre política doméstica, afirmó a periodistas que las enmiendas no son aceptables, y que los republicanos parecen estar interesados sólo en “desbaratar las acciones más significativas y constructivas” que se han impulsado, y no en debate para resolver el tema migratorio.

Por su lado, los republicanos, ante la amenaza de un veto presidencial, argumentan que eso implica que Obama está dispuesto a poner en riesgo la seguridad del país para seguir con su “amnistía” para los inmigrantes indocumentados.
Así, se renueva el enfrentamiento sobre migración entre republicanos y la Casa Blanca, aunque algunos observadores se mostraron sorprendidos de que los legisladores estuvieran dispuestos a hacer esta jugada poniendo en riesgo el financiamiento del Departamento de Seguridad Interna –el presupuesto anual es de 39.7 mil millones de dólares- en una coyuntura donde se han elevado de las alertas de seguridad a nivel mundial después de los atentados terroristas en París.

Algunos legisladores demócratas condenaron la táctica, acusando que los republicanos están “tomando como rehén a la seguridad” del país, y que eso vulnera al país, mientras otros afirmaron que una vez más el liderazgo republicano estaba cediendo ante los elementos más “extremistas” de su partido. “Los republicanos solo han estado en control [de la legislatura] por una semana y ya están provocando una batalla política innecesaria que arriesga cerrar el Departamento de Seguridad Interna. Esto no es un juego y es hora que los republicanos asuman su responsabilidad para gobernar seriamente, en lugar de ceder a las voces más extremas de su partido”, afirmó el senador demócrata Harry Reid, el líder de la ahora minoría en la cámara alta.

Pero el presidente de la cámara baja, el representante republicano John Boehner reafirmó que Obama está actuando “ignorando al pueblo, ignorando la Constitución” y hasta sus propias posiciones anteriores en torno al control de la inmigración. Argumentó que este abuso del poder ejecutivo es intolerable y “ya basta”.

El debate fue intenso en el pleno dentro del Capitolio como afuera donde organizaciones de defensa de inmigrantes denunciaron a los republicanos por, una vez más, atacar a las familias y trabajadores inmigrantes, mientras que agrupaciones conservadoras elogiaron la “valentía” de los legisladores por repudiar la “amnistía” de “ilegales”.

Los republicanos tienen 54 de las 100 curules en el Senado, pero para aprobar un proyecto de ley se requiere un mínimo de 60 votos, y por ahora no cuentan con tal apoyo y por lo tanto tendrán que negociar una versión modificada para atraer algunos votos de demócratas conservadores. Eso implica que la nueva versión tendría que ser regresada a la cámara baja para ser aprobada, todo antes del 27 de febrero si es que desean mantener financiado las operaciones del Departamento de Seguridad Interna.

Pero los republicanos tienen un plan B. Varios gobiernos estatales ya están presentando demandas legales ante tribunales para frenar partes de las órdenes ejecutivas sobre inmigrantes, y líderes legislativos indicaron que podrían presentar una demanda judicial contra Obama a nivel federal para frenar estas mismas órdenes, reportó el Washington Post.
Todo indica que el asunto de migración –o sea, el sector más vulnerable de este país- continuará siendo usado en la pugna política nacional.


(Fuente:  http://www.jornada.unam.mx/ultimas/2015/01/14/representantes-republicanos-atacan-a-inmigrantes-indocumentados-6648.html  y selección de Patric)

lunes, 12 de enero de 2015

EE.UU. anuncia que Cuba ha liberado a los 53 prisioneros políticos

EEUU CUBA


EEUU CUBA

El Gobierno anunció hoy que Cuba liberó a todos los 53 presos políticos que había prometido poner en libertad, una medida acordada con Estados Unidos para normalizar las relaciones entre ambos países.
 

sábado, 10 de enero de 2015

Presidente Barack Obama propone “community college” gratuito para estudiantes responsables

Presidente Barack Obama propone “community college” gratuito para estudiantes responsables
Obama propone que los dos primeros años de "community college" sean gratuitos
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expone los detalles de su última acción ejecutiva, con la que busca reducir la cuota anual de los seguros hipotecarios y beneficiar así a las familias "solventes", durante una visita al Central High School de Phoenix, Arizona, Estados Unidos, hoy, jueves 8 de enero de 2015. EFE
Obama propone que los dos primeros años de "community college" sean gratuitos El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, expone los detalles de su última acción ejecutiva, con la que busca reducir la cuota anual de los seguros hipotecarios y beneficiar así a las familias "solventes", durante una visita al Central High School de Phoenix, Arizona, Estados Unidos, hoy, jueves 8 de enero de 2015. EFE

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, propuso en un vídeo grabado en el avión presidencial “community college” gratuito, para los estudiantes responsables que mantengan buenos resultados académicos, este beneficio sería durante el periodo de dos años.
Esta medida es la de mayor calado de las adelantadas hasta ahora del discurso del Estado de la Unión que pronunciará el 20 de enero.

 Nueve millones de estudiantes podrían beneficiarse de esta iniciativa si todos los estados acceden a participar, según las estimaciones de la Casa Blanca.
El ahorro anual que supondría la aplicación de la medida para un estudiante a tiempo completo sería de una media de 3.800 dólares.


 Para poder beneficiarse de esta iniciativa los estudiantes deberían asistir al menos a la mitad de las clases y mantener una calificación media (“GPA”) de al menos 2.5 sobre 4.
Además, la iniciativa sólo se aplicaría en los programas que conducen a una titulación superior de cuatro años o que proporcionan formación profesional.


 Asimismo, los ‘community colleges’ (centros públicos de educación superior) deberán reforzar sus programas e incrementar el número de estudiantes que se gradúan, mientras que los estados deberán invertir más en educación superior.
“Tenemos que garantizar que todo el mundo tiene la oportunidad de avanzar en su formación para conseguir mejores trabajos, mejores sueldos y mejores beneficios”, señaló Obama en su mensaje, de un minuto y medio.
El presidente defendió que esta medida es realizable e incrementa la competitividad de los trabajadores estadounidenses en el mundo global.
Obama detallará el viernes esta y otras iniciativas para mejorar el acceso a la educación universitaria en Knoxville (Tennessee), estado que, junto a Chicago, ha desarrollado programas educativos en los que se inspira esta propuesta presidencial.


 Los fondos federales cubrirían tres cuartos de la financiación de esta medida, mientras que los estados deberían contribuir con el otro cuarto, según un alto funcionario de la Casa Blanca.
Por el momento no se conocen más detalles sobre la financiación de la iniciativa, pero Obama pidió en su mensaje el apoyo del Congreso, controlado desde este mes por los republicanos en ambas Cámaras.
“Tenemos que asegurarnos de que el Congreso apoya estas medidas para que el crecimiento del 2015 beneficie a todos y no solo a unos”, esgrimió el presidente.
La Casa Blanca compara el impacto de la medida con el que tuvo hace un siglo el movimiento que amplió la accesibilidad de la educación secundaria (“high school”) y que condujo a décadas de crecimiento económico.
“Hoy, más que nunca, los estadounidenses necesitan más conocimientos y habilidades para satisfacer las demandas de la economía global sin tener que asumir décadas de deudas incluso antes de comenzar su carrera”, consideró un alto funcionario.


Obama aprovechará su visita a Tennessee para proponer también un fondo para la formación técnica, inspirado en programas similares impulsados ya en ese estado.
Obama hizo este anuncio en un vídeo grabado en el avión presidencial antes de partir este jueves a un acto en Phoenix (Arizona) y que publicó más tarde la Casa Blanca en su página de Facebook.


(Fuente:  http://postperu.com/?p=3582  y selección de  Patric)