(*) = FPMR. Quiero referirme especialmente a la acusación de “asociación ilícita” (….); y a la presunción de que “fluye la existencia de una asociación formada con el objeto de atentar contra el orden social, las personas, y las propiedades”. (Acusación que culminó con la absolución de mi persona y otros encausados).
PRIMERO: Declaro que dichos otros encausados son absolutamente desconocidos para mí antes y después de los hechos. No existió ningún juramento o compromiso con ellos. No existió ni existe con ellos ninguna asociación.
SEGUNDO: Declaro que sólo razones humanitarias me llevaron a acompañar a una persona que estaba enferma, tan enferma, que podía morir, y a la cual tampoco conocía previamente.
TERCERO: Declaro que cualquiera otra relación con personas conocidas o desconocidas, chilenos o extranjeros, son relaciones de índole privada, y que por lo más extrañas que ellas fueran, no podrían presumir de ellas asociación ilícita.
CUARTO: el Capítulo III, Art.19, número 7, letra a), números 13 y 15 de la Constitución de 1980; aseguran a las personas: el derecho a la libertad personal, a reunirse dos o más personas pacíficamente sin permiso previo en plazas, calles, y demás lugares de uso público, y a asociarse sin permiso previo. De acuerdo con estos derechos las personas podemos trasladarnos de un lugar a otro dentro del territorio nacional, y entrar o salir del territorio de acuerdo con las normas establecidas por la ley; y se nos garantiza el pluralismo político, o sea, no solamente podemos ser parte de un Partido Político o un sindicato, sino que podemos formar parte de asociaciones, movimientos y otras formas de organización social como parte de ese derecho.
Por ejemplo, pueden conformar una organización social un grupo de personas que son parte de un movimiento por la paz y el desarme, o por los derechos humanos; o una agrupación de personas llamados O”Higginianos en acción, o simplemente Movimiento Manuel Rodríguez, etc., etc. Lo que sucede es que al parecer no estamos acostumbrados a las organizaciones de todo tipo que pueden ser creadas en Democracia y bajo el pluralismo político.
Quiero decir también que yo pienso que a veces se confunde el término ilícito con clandestinidad o secreto. En Chile han existido y existen organizaciones secretas como la de los francmasones; la iglesia católica tiene gran experiencia en clandestinidad debido a las grandes persecuciones que ha sufrido en algunas épocas de la historia; los comunistas chilenos también tienen experiencia en clandestinidad porque fueron un partido declarado fuera de la ley durante el gobierno de Gabriel González Videla; y más reciente aun, debido a las numerosas detenciones de personas durante la dictadura militar, las organizaciones populares se vieron obligadas para protegerse y proteger a sus dirigentes, de crear y mantener durante mucho tiempo organizaciones clandestinas o secretas, no necesariamente ilícitas. Muchas personas no confían en el sistema, aún, y mantienen la clandestinidad y el secreto de sus relaciones militantes o partidarias. Curiosamente, la ley de los partidos políticos dice en una parte, que los militantes de los partidos son secretos y que sólo pueden ser conocidos entre ellos, aunque exige que estén registrados en el Servicio electoral del Estado.
Yo afirmo que dejé de ser militante del Partido comunista de Chile en 1972, antes del golpe militar, y después, en Chile, no existía ninguna posibilidad de militar, porque no existían los partidos políticos, ni siquiera un Congreso. En la actualidad no pertenezco a ningún partido político, asociación, movimiento, o grupo. Pienso que no necesito hoy ser militante o parte de un partido o grupo para decir y defender mis creencias o mis pensamientos.
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